El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha considerado que la decisión de la Junta Electoral Central de dar 48 horas al presidente de la Generalitat, Quim Torra, para que ordene la retirada de todas las banderas esteladas y los lazos amarillos de los edificios públicos con el fin de cumplir con el deber de neutralidad política de los poderes públicos ante las elecciones generales del 28 de abril es “coherente” y ha recordado al Gobierno catalán que “tienen que acatarla”.
“Si se acata la legislación para presentarse a las elecciones, se tienen que acatar las reglas que regulan esas elecciones”, ha opinado García-Page, a preguntas de los medios tras la celebración este martes de un Consejo de Gobierno itinerante en la localidad guadalajareña de Marchamalo.
El presidente regional ha recordado que el lazo amarillo “se usa con intencionalidad claramente de parte” y “tiene una clara significación política”, ya que no es algo simbólico que represente a todos los ciudadanos “y no tiene el amparo de la representación institucional”.
“Y que haya instituciones públicas que hagan partidismo evidente con colores y símbolos es claramente contrario a la legislación no solo electoral, sino constitucional y, particularmente, a la del sentido común”, ha añadido.
Asimismo, ha afirmado sentirse “agredido” cada vez que una institución pública “que tiene que representar a todos” toma “claramente” partido “por una posición que representa a unos cuantos”.
