/Sandra Manzanares/
Chinchilla de Montearagón clausura sus carnavales de una manera muy especial, y es que, desde su recuperación en 1995 por parte de la Asociación Antigua Tradición de Chinchilla, ‘Los Miércoles’ se ha convertido en una cita cultural única en la comarca. En esta ocasión, los visitantes podrán disfrutar de 38 escenas apostadas a las puertas de las casas del casco histórico de la localidad que representan con sus mensajes críticos un fiel reflejo del final del carnaval y sus celebraciones.
Una vez terminado el Carnaval, los vecinos de Chinchilla celebran ‘Los Miércoles de Ceniza’, vistiendo las calles con muñecos de papel realizados a mano, los denominados “Miércoles”, que se colocan en las puertas de las casas desde muy temprano. Cada uno de ellos representa una situación cotidiana, en la que a través de los “bocadillos”, es decir, carteles con diálogo, cuentan de modo satírico la actualidad o algún tipo de acción rutinaria.
Cada pareja de “miércoles” está acompañado siempre de invitación, algo de comer y de beber, brindando a todos los que visitan esta localidad albaceteña la hospitalidad de los chinchillanos. Este año se han preparado escenas muy variadas entre las que se incluye una carroza que rememora la festividad de San Isidro, referencias a cuentos populares como el de Caperucita Roja o un homenaje a las gimnastas que se instalará en la puerta del Ayuntamiento, entre otras muchas cosas sorpresas.
Ese mismo día, el 6 de marzo por la tarde, se celebra en la Plaza de la Mancha la quema de la sardina, invitando a todos los asistentes a sardinas y vino manchego. Se despide así a Don Carnal y se da la bienvenida a Doña Cuaresma, con ella llega un tiempo más austero como es la Semana Santa. Cabe recordar que la de ‘Los Miércoles de Chinchilla’ es una tradición que se había perdido por completo y que en sólo unos años ha vuelto con un impulso que no conoció ni en sus mejores tiempos, tras su recuperación en 1995.
Es el impulso de la nostalgia, la fuerza con que la memoria devuelve las vivencias agradables la que ha rescatado esta tradición de la mano de los mismos niños y adolescentes que vivieron y disfrutaron de las últimas ediciones en la anterior etapa, niños y adolescentes convertidos ahora en adultos emprendedores. A la cabeza de ellos Fina Ortega, con su asociación Antigua Tradición. Su entusiasmo a logrado que el Ayuntamiento de la Chinchilla haya respaldo cada vez con mas energía las sucesivas entregas. Vuelve a ser costumbre otra vez recorrer las calles, subir las cuestas, adentrarse por los recovecos de este antiguo emporio medieval para contemplar todas y cada una de las parejas que figuran en el programa.
