/Hugo Piña/
El milagro oriental ha seducido en China y Japón a dos grandes técnicos del fútbol como Milagros Martínez (23/04/1985) y Santiago Ibáñez (18/08/1977). Con pasado albacetista la conquense de Fuentelespino de Haro y con ADN albaceteño Ibáñez Fernández, ambos, pusieron rumbo a Oriente tras ser seducidos por el Suzuka Unlimited y el Nanjing Honor F.C respectivamente. La falta de oportunidades en nuestro país y la compleja situación socio económica hizo que ni Milagros ni Santiago, pese al excelente bagaje como entrenadores, dispusieran de un escenario profesional adecuado.
Tras doce años jugando, entrenando y hasta dirigiendo al equipo femenino del Albacete Balompié, Mila Martínez puso el pasado verano punto y final a su etapa con el equipo que, junto a Alba Redondo, Mati Martínez, Vanesa Lorca o Miriam Costa, entre otras consiguió llevar a la élite del fútbol femenino español. Ello, sin embargo, no le valió para continuar y la llamada del Tomelloso palió la situación, al menos hasta que recibió una seductora oferta desde Japón, a la que Milagros Martínez no pudo decir que no. Un paso hacia delante en su carrera y la primera mujer que entrena a un equipo de fútbol masculino. Desde entonces, todo son entrenamientos y entrevistas para un ‘albaceteña’ de adopción.
La historia de Santiago Ibáñez por su parte es como la de tantos entrenadores locales que han dedicado su vida profesional a las categorías inferiores de equipos tremendamente humildes. Balompédica Albacete, Zona 5 (Juvenil Nacional), Chinchilla CF (1º Autonómica), CP Villarrobledo (3º División) y CD Sportfive Tobarra (2º Autonómica) han sido algunos de los puestos que ha ocupado un Santiago que en su caso lleva algún tiempo más en China, concretamente en el Nanjing Honor F.C donde dirige varias categorías como benjamín, alevín e infantil masculino y alevín femenino y con los que tiene contrato hasta 2020.
¿Y cómo fue la llegada de dos entrenadores de fútbol manchegos a tierras orientales? Mila Martínez sostenía a El Digital de Albacete que su reciente llegada “ha sido bastante sorprendente. Al llegar al aeropuerto varios aficionados estaban esperándome. También un programa muy conocido aquí en Japón recogió mis primeras 24 horas. Iban detrás de mi todo el día”, reconocía la ex del equipo femenino del Albacete. “El día de la presentación también fue muy especial. Algunos aficionados se acercaron a la rueda de prensa y más de 20 medios cubrieron la noticia. No esperaba tal repercusión la verdad”, comentaba entre risas Martínez.
Santiago Ibáñez por su parte aseguraba de su temida llegada a China el pasado mes de septiembre que “tengo que admitir que no lo esperaba y pensaba que iba a ser más duro todo, pero es todo lo contrario, estoy muy cómodo en este país y todos en la academia intentan que estemos contentos a cada rato, nos tratan de manera estupenda y respetan mucho nuestro trabajo y nos tienen en alta consideración”, dice de su llegada. “La escuela española de futbol en China tiene mucho tirón y si a todo eso sumas el cariño que nos tienen los niños y niñas pues he de reconocer que me siento como en casa. Aquí realmente se valora al profesional de futbol, y se respeta mucho el trabajo de un entrenador y eso te permite trabajar mucho mejor. La verdad que creo que me he aclimatado bien en gran parte por mis compañeros”, mantenía Ibáñez Fernández.
El cambio de lugar de trabajo ha venido acompañado para estos dos entrenadores de un cambio radical en sus aparentes vidas tranquilas manchegas, ya que de la llanura han pasado al acento oriental que tan complejo nos parece a los occidentales. “La verdad es que estoy bastante cómoda. Los primeros días he estado en hotel, que también hace todo un poco más fácil”, relata Mila. “A nivel club se están portando muy bien conmigo y con todas las peticiones que les hago (personales o referentes al club) acceden sin problema”, comenta de los que están siendo sus primeros pasos en Japón. Ibáñez por su parte apuntaba de esos primeros y temidos días que “las primeras semanas fueron un poco duras, mas que nada por el clima y la comida. En esta ciudad, Nanjing, hay mucha humedad y eso sumado al calor confieso que se me hizo un poco difícil. La comida es muy diferente y claro cuesta acostumbrarse también pero poco a poco me fui aclimatando y ahora estoy muy contento y hecho a la vida de aquí, hasta el punto de que vamos al mercado, a la panadería, a comprar cualquier cosa como un chino mas y nos movemos con facilidad”, añadía. “La verdad que me sorprendió que en una ciudad con mas de 8 millones de habitantes te puedas mover con tanta facilidad. Hay medios de transporte muy baratos y pese a lo extensa que es te mueves con agilidad y eso hace que te sientas libre a la hora de hacer tu vida y tus ratos de ocio se hacen mucho más divertidos, ya que no paras un momento y visitas muchos lugares”, resalta el entrenador albaceteño.
La distancia por su parte es uno de los elementos más duros que puede tener un profesional que emigra a lugares tan lejanos como seductores. En ese sentido, Milagros Martínez, la primera entrenadora de un equipo de fútbol masculino en Japón resaltaba tras su reciente llegada que “he intentado conocer la ciudad un poco, el club, saber como trabajan, ver la cantera, las instalaciones… me interesaba mucho conocer su funcionamiento porque a pocos días de llegar, comenzábamos los entrenamientos”, incide. “Sobre todo echo de menos a mi gente más cercana. Aunque cuando acabo de trabajar estoy todo el día en contacto con ellos”, mantiene con su inamovible sonrisa en la cara. Santiago Ibáñez aclara por su parte que “lo primero que hice nada más llegar fue instalarme en la habitación, ya que llegamos por la tarde y casi sin tiempo para nada mas trabajar al día siguiente. Fue todo muy rápido, llegamos el día 1 de septiembre a China y el día 2 ya tuvimos clases, nos estaban esperando como agua de mayo y apenas nos dejaron tiempo para acomodarnos y acoplarnos”, comenta. “De España se echan de menos muchas cosas, es imposible enumerarlas todas, pero sí que es cierto que cuando estas lejos las cosas mas normales son las que mas añoras. Comer con mi familia en casa, la comida casera de mi madre y los guisos de mi padre, ir a cenar con los amigos y ver los partidos de la Champions con ellos, visitar a tu primo un fin de semana, ir al Belmonte a ver al Alba, o almorzar en El Córner, por ejemplo, con los amigos un domingo de futbol base”, remarca un entrenador que como decenas de técnicos basa su vida en dirigir.
Y el idioma, ¿como se solventa tener que dirigir a un equipo de fútbol desconociendo el -tan complejo- chino o japonés? Santiago Ibáñez reconoce que “realmente es un poco complicado, ya que sumado el idioma lo que mas perjudica es la diferencia cultural. Tenemos traductores con nosotros que nos hacen mucho más fácil todo y que podamos transmitir todo el futbol que llevamos dentro a los jugadores. Pero lideramos porque convencemos de que nuestra manera de ver el futbol es mejor y mas aprovechable para ellos que la que tienen actualmente”, auspicia este albaceteño. “Intentamos que nuestros jugadores se desarrollen lo mejor posible, intentamos encontrar que carencias que tienen o donde necesitan trabajar más y nos ponemos a ello. Tenemos planificaciones hechas por nuestros directores deportivos que también son españoles y que ponemos en práctica y realmente se puede palpar la mejoría constante de nuestros jugadores. Nuestra academia colabora con varios colegios e institutos donde tienen el futbol como asignatura común y hace un par de meses se celebró durante unas semanas un campeonato”, alude Ibáñez. En el mismo sentido de la complejidad se enmarca una Mila que apenas lleva unas semanas en Suzuka y que reconoce que el idioma “es uno de los problemas más grandes que tenemos ahora mismo, pero creo que estamos solventando bien la situación”, espeta. “Comenzamos a entrenar a las 9:30, a las 8:00 ya estamos en el campo preparando todo y explicando a mis ayudantes todo el entrenamiento para que puedan corregir en cualquier momento a los jugadores en su idioma”, aclara de un elemento como el idioma y que, al menos con traductores, parece paliar un poco la dificultosa tarea de dirigir a un español a jugadores chinos y japoneses.
Viajar tan lejos y con planteamientos tan seductores sin embargo tiene sus consecuencias. Más en el fútbol y mucho más tan lejos del hogar. Por ello, las expectativas de nuestros dos protagonistas son notables con el Suzuka Unlimited y el Nanjing Honor F.C respectivamente. Santiago Ibáñez agrega a El Digital de Albacete que “actualmente estamos en el final del semestre y aquí en China se para todo, se reinicia. Es como la navidad y hay un mes donde los niños y las academias de todo tipo se ponen en modo KitKat. Todo empieza de cero y se comienza a organizar otra vez todo. Los niños aquí apenas tienen tiempo libre, ya que se pasan el día estudiando sin parar y una vez que acaba el campeonato del distrito de la ciudad ya no les permiten entrenar. Las expectativas son las de trabajar con los niños que se apuntan nuevos y los que permanecen en la academia”, corrobora el técnico. “La verdad que hemos sufrido un crecimiento en cuanto al numero de jugadores que tenemos y eso nos permitirá este próximo semestre crear dos equipos de entre doce y quince jugadores, equipo A (Honor) y equipo B (Elite) y luego hacer un grupo común con los jugadores que todavía no tienen el nivel adecuado para poder estar en uno de estos equipos. Las expectativas eran mas que a nivel equipo individual a nivel academia y número de niños, y están siendo más que superadas por lo que pensábamos en un principio. Tenemos el objetivo de hacer algo bonito en los mundiales de futbol como nación, y quieren formar jugadores de futbol con ese objetivo”, destaca Ibáñez sobre las expectativas. Mila Martínez por su parte abduce de los objetivos a su recién llegado Club que “la intención es que ellos adquieran un poco mas de control sobre el juego. Aquí la mayoría de equipos juegan parecido. Pretendo salirnos de esa idea y hacer algo diferente”, matiza. “Espero que salga bien, yo les digo que es un juego y hay que correr riesgos, pero ellos todavía no lo ven claro. Llevamos tan solo 3 entrenamientos”, nos comenta entre risas de alguien que pese a llevar unas semanas en Japón ya tiene claro lo que debe hacer.
Ambos entrenadores de fútbol han sido requeridos por la posible diferenciación que existe entre ‘dos mundos’ culturales y balompédicos tan diferentes como el español y el oriental. “Por lo poco que he podido ver, ellos son muy disciplinados en horario, respeto, seriedad, forma de trabajar… siempre hacen lo que les pides, es difícil que se salgan del guion. Aunque a veces mi intención es esa, que consigan hacer en el campo lo que no se espera para sorprender al rival”, reseña Milagros Martínez sobre la cuestión planteada.
Santiago por su parte reconoce que los jugadores chinos “hay cosas en las que están todavía muy verdes y otras en las que nos llevan años de ventaja. En la ventaja están los medios de los que disponen. Por poner un ejemplo, pedimos que nos trajeran petos que no teníamos para poder entrenar y al par de días, aparecieron con mas de 200 petos serigrafiados con logotipos del club. Tenemos mas de 200 balones disponibles para trabajar y en cuanto a materiales realmente es una gozada poder disponer de todo lo que puedas imaginar, y por supuesto el tema campos es algo que asusta. Hay campos de futbol en cada escuela, instituto o universidad y todos nuevos con el césped en perfectas condiciones y de ultima generación. En cuanto a las desventajas tengo varias anécdotas que cuando me pasaron no sabia si reír o llorar, pero esto demuestra en que punto están ahora mismo los chinos en el planeta futbol”, remarca el albaceteño.
En cuanto a la técnica y al talento de los jugadores de fútbol orientales, resaltan Milagros y Santiago la excelencia que mantienen estos, con grandes dosis de disciplina. “Son jugadores técnicamente muy buenos, intensos y con ganas de aprender algo novedoso. Lo que les de más miedo es improvisar, salirse de la norma”, resalta la conquense y ex entrenadora del equipo femenino del Alba. Santiago por su parte esgrime sobre las cualidades de los chinos que “la calidad es bastante mas inferior que la que tenemos en España y es complicado poder imaginar a un jugador español en alguna escuela o equipo de futbol que no te haga lo mas sencillo, como un pase o un control”, remarca. “Aquí tienen por costumbre trabajar -deportivamente hablando- a nivel individual y es a modo repetición; una y otra vez sin parar, sin pensar, solo hacerlo porque se lo indican que se hace así, por lo que destaco la capacidad que tienen para trabajar de manera individual”, sostiene sobre un método que sin lugar a dudas hace perder la capacidad de sorpresa de un talento.
Instalados en Japón y China con seductores proyectos no piensan ni Mila ni Santi en estos momentos en un regreso a sus respectivos hogares españoles. El futuro proveerá y el presente de estos dos manchegos solo pasa por continuar su formación dando liderazgo a los futuros talentos orientales: “Tengo aquí firmado dos años de contrato que me gustaría cumplir, aunque en esto del futbol nunca se sabe, pero estoy feliz en un país como este, donde nos tienen muy bien considerados, respetados y creen en nuestro trabajo”, alude Ibáñez Fernández. “Para un entrenador de futbol sentir eso da una tranquilidad enorme a la hora de poder trabajar el día y día y disfrutamos mas y eso se traduce en que entrenas bien porque estas motivado y sientes que tu trabajo es bueno. Sinceramente no tengo prisa por dejar China”, sostiene un Santiago Ibáñez que junto a Mila han puesto rumbo a Oriente para progresar en lo que más les gusta, el fútbol. Martínez remarca que “ahora mismo estoy muy bien aquí. Espero que la temporada regular vaya muy bien y que el club alcance los objetivos marcados. Esto era un sueño y lo estoy cumpliendo, ahora toca trabajar muy duro y ya veremos que pasa en el futuro”, finaliza Mila sobre una apuesta que ha realizado como la de marcharse a Japón y dejarlo todo en España.
