El 2% de los padres y madres de Albacete se declaran antivacunas

/Sandra Manzanares/

Para la mayoría de la población albaceteña no es una opción, pero existe un pequeño porcentaje que se muestra en contra de las vacunas. La composición de los preparados para generar inmunidad en el organismo humano a base de químicos “perjudiciales” para la salud o la defensa de que el organismo debe crear sus “propios” anticuerpos son algunas de las razones que esgrime el colectivo antivacunas.

“Se han vacunado a niños acribillándolos sin mirar sus características, sin saber si les puede hacer reacción o si en la zona geográfica en la que residen hay que protegerlos ante eso”, determina Josefa García, una madre del AMPA del colegio Castilla-La Mancha. Y es que, aunque García no se considera antivacunas, sí que estima que algunas de ellas en vez de proteger al niño “huelen a negocio”, determinaba.

En este punto, García indica que sus hijos están vacunados según el calendario aprobado por el Ministerio de Sanidad, pero no de otras como las rotavirus o la varicela. “Mis hijos han pasado su varicela y no les ha ocurrido nada”, sostiene García, añadiendo que algunos niños reaccionan “peor” a estos medicamentos antes que a “una varicela”. Por ello, apela a una vacunación “con matices”, que “realmente piense en el bien del menor”, incide.

“A las vacunas se les mete mucha porquería”, dice García, argumentando que “hay madres que le han asegurado que sus hijos estaban bien hasta que a los meses se les puso la triple vírica y ya no levantaron cabeza”, relacionando así trastornos psicológicos con las vacunas, que pueden “propiciarlos”, indica, determinado que “cada padre tendrá que hacerse responsable de sus hijos”, pues “llega un punto en el que no se mira el interés del paciente, sino el económico”, determina.

Según una encuesta realizada en 38 AMPAS de Albacete, recibiendo un total de 648 votos, únicamente el 2% de los padres y madres se declaran antivacunas, mientras que el 95% se muestra a favor de ellas y el resto no se decanta por ninguna de las dos opciones. “La salud de nuestros hijos es un tema muy importante”, dice el portavoz de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Albacete, Eugenio Parreño, señalando que ésta es una cuestión que atañe también a los “hijos de los demás”, ya que en los centros educativos los niños están en contacto unos con otros.

“Puede haber enfermedades comunes y contagios”, recuerda Parreño, apuntando que “por encima de sus posibles creencias o convicciones personales está la salud de su hijo”, y va más lejos, este padre considera que “el Estado debería obligar a la vacunación”, y evitar así el “peligro” que pueden correr algunos niños al no vacunarse. Ejemplificando su argumento, Parreño asemeja esta cuestión con las sentencias que dictaminan que los Testigos de Jehová no pueden oponerse a las transfusiones de sangre a sus hijos.

Desmontando mitos

Por su parte, el director general de Salud Pública, Manuel Tordera, considera que la decisión de oponerse a la vacunación “pone a toda la población en peligro”, desembocando en los recientes casos de difterias puntuales o focos de sarampión en regiones de Francia e Italia. Los niveles de coberturas en vacunación para niños están por encima del 95%, con lo que se cumple el objetivo de la protección de grupo, es decir, “si vacunas a muchas personas, aunque quede alguien sin vacunar, el grupo puede estar tranquilo”, indicaba.

Especificando que en España ninguna vacuna es obligatoria, pues las que incluye el calendario vacunal son recomendadas por el Ministerio, las Comunidades Autónomas se ciñen a él, poniéndose la primera vacuna ya en el vientre materno, que es la de la Tos Ferina, lo que se hace a modo de prevención para que cuando nazca el bebé tenga los anticuerpos necesarios, la siguiente es a los dos meses. El objetivo las vacunas que se suministran a lo largo de la vida de una persona es el de estimular el sistema inmunológico, creando defensas para que los agentes externos perjudiciales no les afecten.

Muchos antivacunas consideran que el desarrollo del sistema inmunológico debe ser “autónomo”, algo que de hecho, “ya es así”, pues como explica el doctor, “no esperamos a que una persona se ponga en contacto con un germen, virus o bacteria, y coja una enfermedad que le puede costar incluso la vida, lo que hacemos es estimularlo con virus atenuados para que desarrolle la inmunidad de manera natural”, indica, con lo que descarta así que se debilite el organismo.

Salvo “algún motivo excepcional” en un paciente concreto, como puede ocurrir con cualquier otro medicamento, Tordella también deshecha la idea de que se puedan provocar alergias globales; así como perjuicios derivados de los químicos que componen las vacunas, pues “están controlados y suministrados de manera correcta son beneficiosos para la salud”, detalla. A modo de conclusión y de recomendación como “persona” y “médico” es que la población siga los calendarios de vacunas aprobados por el Ministerio, y en caso de duda, consulten con su pediatra, pues “las vacunas ayudan a no enfermar”, y además de proteger a nivel individual, lo hacen a la colectividad.

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