Albacete ya tiene nuevo Obispo

/Marta López/Fotos: Ángel Chacón/

Este sábado la Catedral de Albacete acogía la toma de posesión de D. Ángel Fernández Collado como nuevo Obispo de la Diócesis. Tras 12 años al frente de la misma, D. Ciriaco Benavente entregaba, al que ha sido Obispo Auxiliar de Toledo hasta la fecha, el mando de la que ya es su nueva casa, la Diócesis de Albacete.

Antes del inicio de la ceremonia, el Sr. Obispo Electo, D. Ángel Fernández Collado llegaba hasta la escalinata de la Catedral de Albacete acompañado del Nuncio de su Santidad en España, Mons. Renzo Fratini, del Administrador Apostólico y del Arzobispo Primado, donde ha sido recibido por el Cabildo de la Catedral.

El Nuncio Apostólico lo presentaba con las siguientes palabras: “Os presento al que desde ahora presidirá vuestras celebraciones en esta iglesia Catedral como Obispo de Albacete, el Excmo. y Rvdm. Mons. Ángel Férnandez Collado”. Tras estas palabras el Presidente Cabildo de la Catedral de Albacete ofreció al nuevo obispo el Lignum Crucisy el agua bendita.

A continuación D. Ángel Fernández y sus acompañantes visitaron la capilla del Santísimo Sacramento y tras orar unos instantes subieron al camarín de la Virgen de los Llanos para venerar la imagen de la Patrona de la ciudad de Albacete.

La Catedral de Albacete se quedó pequeña, con capacidad para más de 1.000 personas, para acoger a los más de 30 obispos y cardenales, más de 200 sacerdotes, cerca de una veintena de diáconos permanentes, a las autoridades civiles y militares, entre las que destacaba la presencia del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Gracía Page, el presidente del PP regional, Paco Núñez o el alcalde de Albacete, Manolo Serrano; y por supuesto, a los cientos de fieles que han querido vivir en primera persona este momento histórico.

Por este motivo el Obispado de Albacete, para aquellos fieles que, por espacio les fue imposible entrar en la Catedral de San Juan Bautista, habilitó el Auditorio Municipal para que éstos pudieran seguir en directo la retransmisión de la Toma de Posesión.

Al comienzo de esta multitudinaria ceremonia, D. Ciriaco Benavente, Administrador Apostólico de la Diócesis de Albacete, ha dedicado a modo de bienvenida, unas palabras de agradecimiento tras más de una década al frente de la Iglesia Católica en Albacete.

Albacete, que es tierra buena y mejor gente, le acoge con el corazón y con los brazos abiertos”, decía D. Ciriaco Benavente al que desde este sábado es el nuevo Obispo de Albacete, de quien destacaba “sabemos de su calidad humana y espiritual, de su sencillez, que tan bien disimula su hondura intelectual, pareja con su fina sensibilidad pastoral”. Además, durante esta bienvenida el Administrador Apostólico de la Diócesis ha querido resaltar “la fuerte crisis religiosa” que vive hoy la Iglesia Católica, con confianza en que “recuperará su fuerza evangelizadora”.

Además, D. Ciraco Benavente, que ha sido durante 12 años, la cabeza de la Iglesia Católica en Albacete, ha querido destacar lo variada que es la fe en esta provincia “con más sierra que llanura”. De las gentes de la sierradestacaba D. Ciriaco que “sus pastores nos recuerdan a nosotros, también pastores, que en este oficio no hay días de fiesta ni descanso, que hay que aguantar los fríos y las nieves del invierno y los calores del estío, siempre detrás del ganado”. De los habitantes de la Manchuela subrayaba su “nobleza, su inquietud y su emprendimiento”. Para las tierras del norte de la provinciaha tenido palabras asegurando que su “solera de piedad que conservan”. Y finalmente, ha cerrado su alocución dedicando unas ternas palabras para la ciudad de Albacete: “se decía antaño que se venía a ella llorando; ahora se dice que de ella se marcha uno llorando. Y puedo dar testimonio de que es verdad”.

Tras él, intervenía el Nuncio Apostólico en España, Renzo Fratini, quien posteriormente pedía al Colegio de Consultores enseñar a la asamblea la bula del nombramiento de D. Ángel Fernández Collado como nuevo obispo de Albacete. Finalmente, ha dado lectura al documento para que todos los fieles que llenaban la Catedral de Albacete fueran testigos de este momento histórico.

Una celebración cargada de detalles y simbolismo, y es que tras la lectura de la bula, el Nuncio invitaba al nuevo Obispo de Albacete a ocupar la catedra, entregándole el báculo que simboliza la sucesión apostólica y el pastoreo que ejercerá sobre la diócesis de Albacete. A partir de ese momento, D. Ángel Fernández Collado se convertía en el Obispo de la Diócesis de Albacete, el sexto en orden de sucesión.

La toma de posesión continuaba con una representación de la Diócesis acercándose al obispo mostrando la obediencia de todo el pueblo de Dios. Una Eucaristía concelebrada por numerosos obispos y sacerdotes, cargada de solemnidad y emotividad.

Durante su Homilía, el nuevo Obispo de Albacete, destacaba el que será el lema de su ministerio pastoral Evangelizare Iesum Christum”, “Anunciar el Evangelio”. Las primeras palabras de D. Ángel Fernández Collado han sido para los sacerdotes de la Diócesis de Albacete. “Tendréis siempre abiertas las puertas de mi corazón y mi persona”, decía el Obispo de Albacete, quien destacaba que a partir de ahora su proyecto pastoral es sumarse a la Misión Diocesana.

A los fieles laicos pedía que “es preciso que nos mantengamos en unión y sintonía afectiva con el magisterio y la doctrina de la Iglesia”. Igualmente, también ha querido destacar el importante papel de los religiosos y religiosas de la Diócesis de Albacete, a quienes ha definido como “las manos, los pies y el corazón de Cristo hecho humanidad, caridad samaritana, cercanía, gratuidad y servicio”. También ha tenido palabras de agradecimiento para la labor de las Cofradías y Hermandades, voluntarios en la organización de esta celebración.

Para D. Ángel Fernández, la familia será una de las columnas vertebradoras de su labor pastoral, a quienes considera “modelos de fidelidad, amor, donación mutua, paciencia, comprensión, respeto, gratuidad, apostolado…”.

Otra de las piezas clave de la fe para el nuevo Obispo de Albacete son los enfermos, impedidos, ancianos y discapacitados, a quienes ha dicho que pese que “vuestra realidad personal está marcada por la cruz, la limitación física o mental, la soledad, el sufrimiento, la enfermedad y, tantas veces por la lejanía y el olvido, sabed que no estáis solos”.

Del mismo modo, ha querido destacar el fuerte papel que jugarán en su pastoreo aquellas personas “abandonadas, que casi nadie ve o quiere ver”, exponiendo que “hay que abrir las puertas hacia afuera e ir hacia ellos, hay que invitarlos a entrar en nuestro hogar, en nuestro corazón, a ayudarles eficazmente en lo humano y en lo espiritual”.

Finalmente, ha dedicado unas simpáticas palabras a los jóvenes, “fuisteis los primeros que me acogisteis y sujetasteis en mi pecho y mi corazón el pin con la imagen de la Virgen de los Llanos. “Vosotros tenéis que ser el motor y la fuerza evangelizadora en todos los ámbitos y realidades pastorales de la Diócesis”, concluía el Obispo de Albacete.

La nota musical de esta Eucaristía la puso el coro de la parroquia Ntra. Sra. de Fátima, el organista titular de la misma parroquia, Agustín Peiró y los músicos Lourdes Esparcia, David Ponce y Gloria Doñate.

Al final de la celebración, el obispo ha querido saludar a todos los fieles que se han acercado para trasladarle sus mejores deseos al frente de la Diócesis de Albacete, la que desde hoy es su nuevo hogar.

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