/Javi Romero/
Este viernes el Carlos Belmonte vivirá un reencuentro especial, el del ex técnico del conjunto blanco Enrique Martín con la que fue su casa durante la pasada campaña. Martín ha sido el elegido para salvar al Nástic de Tarragona y el destino ha querido que la primera salida fuera de casa del conjunto catalán sea Albacete.
No tengo ninguna duda de que el Carlos Belmonte recibirá como se merece al navarro, que no es de otra manera que no sea reconociéndole su trabajo la pasada temporada para conseguir la salvación de un equipo que parecía carne de Segunda B con Aira. Martín, un tipo peculiar, supo ganarse el corazón de la parroquia blanca, aunque el tramo final liguero dejó al descubierto las carencias de un sistema de juego que apuesta por un fútbol nada vistoso y está más pendiente de no encajar que de materializar, algo tan legítimo como aburrido y desesperante para el espectador. Además, el efecto de motivador nato que tiene la Bruja de Campanas dura lo que dura, y cuando se pasa el bajón de rendimiento es notorio. No sería descabellado pensar que el Nástic viviera durante las próximas semanas una explosión de motivación que durará hasta la primavera, tal y como pasó la pasada temporada en el Alba.
Dicho esto, sigo pensando que Enrique Martín fue la opción idónea para conseguir la salvación, al igual que sigo pensando que no era el adecuado para comandar un nuevo proyecto ambicioso e ilusionante planteado por Skyline y que requería de otro enfoque desde el banquillo. Luis Miguel Ramis, con sus aciertos y errores, éstos últimos en el trabajo a balón parado defensivo, está demostrando que este Alba bajo su dirección puede dar que hablar esta temporada.
Por todo ello el del viernes será un partido interesante, a priori entre dos equipos con conceptos antagónicos. Los de Ramis apostando por el balón y el ataque, los de Martín por estar encerrados atrás y buscar su oportunidad a la contra. Un duelo en el que sin duda no solo se enfrenta el Alba y el Nástic, también lo hacen Ramis y Martín y ese morbo de ver si el no renovado es capaz de ganar el elegido para sustituirle. Sea como fuere, bienvenido señor Martín al banquillo visitante y mucha suerte en su nueva andadura, eso sí, después del viernes.
