/Hugo Piña/
Que el colegiado Daniel Ocón Arráiz se equivocó contra los intereses del Albacete Balompié ante la UD Almería quedó meridianamente claro. Y que Óliver de la Fuente Ramos en Oviedo y Aitor Gorostegui Fernández en Málaga también erraron contra los albacetistas también. Demasiados errores contra un Albacete que en las últimas semanas se ha visto notablemente perjudicado por el colectivo arbitral con unas decisiones que no han sido para nada ecuánimes en lo que al reglamento federativo se refiere.
Puntos y algún que otro perjudicado en el camino como Eugeni Valderrama tras la brutal agresión de Forlin en el Tartiere o José Antonio Caro tras la más que rigurosa expulsión en el minuto 9 de partido han sido parte del ‘saldo’ que han dejado unos árbitros que parecen haberle cogido la matrícula a los de Luis Miguel Ramis.
No quieren sin embargo estos alimentar la polémica que en las últimas tres citas les han castigado de manera severa, con actuaciones poco meritorias y con decisiones que casi siempre han ido en perjuicio del Alba. No obstante, en el seno del vestuario no quieren caminar por el camino de la venganza o de la alimentación de una polémica que se encuentra ya instalada en las calles albaceteñas.
“Ante los árbitros estamos indefensos, solo podemos seguir trabajando”, reconocía Ramis. “Somos profesionales y durante la semana trabajamos mucho, quiero pensar que los árbitros también lo hacen. Los árbitros no están acertando hacia el Albacete”, llegó a afirmar el técnico albacetista tras una nueva aciaga tarde arbitral. El capitán del Albacete por su parte también salió ante los medios de comunicación, agregando el propio Arroyo en primer término lo que todo el mundo vio: “El árbitro nos ha perjudicado”.
Sin embargo, el siempre cauteloso defensor madrileño argumentaba después que “es muy difícil ser árbitro, somos 22 tíos y algunas veces vamos a engañarles. Lo único que pedimos es que sea ecuánimes, que se valore el trabajo”, sentenciaba una de las voces más autorizadas del vestuario del Albacete tras una tarde de fútbol en la que el árbitro Ocón Arráiz decidió ser protagonista del choque con una rigurosísima expulsión de Caro y una acción similar en la que Bela fue empujado y trastabillado por el defensor visitante sin llegar a señalar nada impune por el colegiado riojano.
