/Eloísa Castro/ Fotos: UD Almansa/
Por desgracia, a menudo, en el mundo deportivo nos encontramos diversas tragedias. Un mal giro, un mal salto o una mala caída puede hacer que pierdas el conocimiento. Incluso, un sobreesfuerzo te puede costar una parada cardiaca.
Todos los deportistas necesitan tener algún técnico o sanitario con las dotes necesarias para poder atender cualquier tipo de problema que pueda surgir durante un partido o un entrenamiento. Principalmente, los equipos profesionales tienen una persona cualificada para poder saciar con cualquier problema que ocurra. Pero, los equipos de menor categoría no cuentan con el presupuesto necesario para tener personas cualificadas para ello.
Como un problema de este tipo puede suceder en cualquier momento, es muy importante que los técnicos estén preparados para enfrentarse a ello. De esta manera, todos los entrenadores de la UD Almansa, tanto del primer equipo como de la cantera, se han formado para poder hacer frente a cualquier suceso importuno que se presente.
Los Técnicos en Emergencias Sanitarias de Protección Civil han sido los encargados de formar a todos los entrenadores de este equipo de fútbol de la localidad albaceteña. Las técnicas enseñadas han sido primeros auxilios, reanimación cardiorespiratoria (RCP) y el uso del desfibrilador.
Los primeros auxilios consisten en la atención inmediata que se le da a una persona accidentada en el lugar de los hechos, antes de ser trasladada a un centro asistencial u hospitalario.
La reanimación cardiorespiratoria, el tratamiento de quemaduras, heridas, actuación frente a hemorragias o ayudar frente a un atragantamiento o asfixia tanto en adultos como en niños son las principales técnicas que se deben saber.
CÓMO HACER UNA RCP
Si una persona queda incosciente y no respira espontáneamente, se debe iniciar rápidamente las maniobras de reanimación caridiorespiratorias. Para ello hay que seguir los siguientes pasos:
- Arrodillarse a la altura de los hombros de la víctima, sacudirlos con suavidad y comprobar su estado de consciencia.
- Si la víctima no responde, se debe colocar en posición de reanimación: boca arriba con los brazos y piernas alineados, sobre una superficie rígida y con el tórax al descubierto.
- Abrir la vía aérea colocando una mano sobre la frente y la otra tirando del mentón hacia arriba, para evitar que la lengua impida el paso del aire a los pulmones.
- Realizar dos insuflaciones con la vía aérea abierta y la nariz tapada.
- Alternar 30 compresiones de pecho y 2 insuflaciones, sin interrumpir hasta que la víctima inicie la respiración espontánea o llegue ayuda especializada.
¿QUÉ ES UN DESFIBRILADOR Y CÓMO SE USA?
Un desfibrilador es un dispositivo que administra una descarga eléctrica al corazón a través de la pared torácica. Este aparato cuenta con sensores integrados que se encargan de analizar el ritmo cardíaco de la víctima, así como determinar cuándo es necesario proceder a la desfibrilación y administrar, en el nivel necesario, la descarga.
Para aplicar las descargas a la víctima, se debe colocar los electrodos sobre el pecho desnudo, uno en la parte derecha del tórax bajo la clavícula y junto al esternón, y el otro, en la parte izquierda bajo el pecho, en la zona de las costillas.
Una vez colocados, sin que nadie toque a la víctima, el desfibrilador analiza el ritmo cardiaco. Si el aparato indica que se debe administrar otra descarga, se debe pulsar el botón de nuevo. Inmediatamente después, se debe iniciar el Soporte Vital Básico.
Si el desfibrilador nos dice que no se debe administrar una descarga, hay que iniciar inmediatamente el Soporte Vital Básico de nuevo. Cada 2 minutos, el desfibrilador hará detener el Soporte Vital Básico para volver a analizar el ritmo, y realizar o no una descarga (según indique el aparato).
Es indispensable que se continúen con las técnicas de reanimación hasta que la víctima respire con normalidad, abra los ojos o se mueva.
