Se confirmó lo peor, Paco Ureña pierde la visión en un ojo tras su percance en Albacete

No pudo ser. Desgraciadamente, el torero de Lorca no recuperará la visión en su ojo izquierdo tras las heridas causadas por un toro de Alcurrucén el pasado 14 de septiembre en la Plaza de Toros de Albacete.

Así se desprende del parte médico firmado por el doctor Álvaro Fernández Vega, afamado oftalmólogo del Instituto Oftalmológico Fernández – Vega de Oviedo, tras la intervención quirúrgica a la que fue sometido Paco Ureña este miércoles en tierras asturianas.

Tras una primera operación de urgencia en Albacete nada más producirse el percance y con la que se consiguió salvar el globo ocular, Paco Ureña decidió ponerse en las manos de Fernández Vega para intentar hacer todo lo posible en pro de recuperar la visión, sin embargo, lo que el oftalmólogo encontró en la exploración no fue nada halagüeño una vez había desaparecido el tremendo hematoma en el fondo de ojo que impidió a los oftalmólogos de Albacete poder hacer más en la primer paso por el quirófano.

Con Paco Ureña en la camilla en tierras ovetenses, Fernández Vega observó que el diestro presentaba uno de los accidentes más graves que puede ocurrir en un ojo; la rotura del globo ocular.

Tanto en la parte delantera como en la trasera el destrozo del globo ocular es evidente y se pudo observar en la operación como Paco Ureña presentaba pérdida del líquido intraocular, ausencia del iris, del cristalino y de la mayor parte de la retina. Además, el nervio óptico está también muy afectado.

Con tales secuelas el Dr Fernández Vega ha manifestado que la recuperación de la visión es, desgraciada y lamentablemente, “inviable”.

Así pues y con el torero en quirófano, este miércoles se procedió a la reconstrucción del ojo para darle la mejor apariencia estética posible. Para ello el equipo médico reconstruyó el segmento anterior del ojo y le colocó un iris artificial y el segmento posterior. Fue necesario el uso de silicona intraocular.

Paco Ureña fue herido aquel 14 de septiembre cuando toreaba con el capote a ‘Clarinete’, segundo de su lote y cuarto de la tarde, de 622 kilos de peso, herrado con el 58 en los costillares y nacido en octubre de 2013. Paradojas del destino, el percance vino el mismo día en el que Ureña decidió homenajear a Dámaso González, que hubiera sido su suegro, vistiendo de caña y oro y haciendo el paseíllo con un capote de paseo del Rey del Temple.

Ureña se recupera ahora de la operación en tierras asturianas y dependiendo de la evolución de las heridas y del tiempo necesario para acostumbrarse a la visión monocular, el de Lorca tardará más o menos en regresar a los ruedos; algo con lo que sueña desde el mismo instante en el que se cruzaba el ruedo acompañado de su subalterno de confianza y de Ginés Marín para subirse en la ambulancia y partir hacia el Hospital de Albacete.

Una de los principales hándicaps que tendrá ahora el torero a la hora de realizar su nueva vida y sobretodo su profesión será “la imposibilidad de poder calcular con precisión las distancias”, como así indicó el Dr Fernández Vega.

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