/Hugo Piña/
Si algo dejó claro el partido de este domingo en Oviedo es que el Albacete Balompié no puede plantear los partidos así. De principio a fin, la idea futbolística de Ramis y sus pupilos tendrá que cambiar, al menos lejos de casa y al menos en feudos como el de Oviedo o Málaga, lugar donde el próximo viernes tendrán que medirse al líder de la categoría de plata.
En el Tartiere no salió nada bien. Ni planteamiento, ni intenciones ni por supuesto sensaciones. Un disparo entre los tres palos de Alfonso Herrero, portero local, fue el bagaje ofensivo total de un Albacete Balompié que vio como su rival le arrollaba de pleno. De hecho, en la primera media hora de partido hubo ocho disparos locales por ninguno de los manchegos, cifra que relata a la perfección la lectura de un encuentro que se saldó con la primera derrota albacetista de la temporada.
Y es que, más allá de la polémica arbitral que hubo con un desafortunado Óliver de la Fuente Ramos, el Albacete de Ramis no puede plantear un partido en el que se sabía inferior desde antes de viajar a la capital asturiana. Eran conscientes Ramis y los suyos de la voluntad inicial que mantendrían los azules de inicio, pasando por alto el equipo manchego dicha cuestión hasta ser, literalmente, arrollados por los de Anquela en un partido en el que en ningún momento hubo atisbo de superioridad blanca sobre su rival.
Punto crucial fue sin lugar a dudas la ausencia de Jon Erice en el equilibrio, y es que donde todo comienza y donde todo acaba, Diego Barri no supo contrarrestar la altísima presión rival. La bisoñez del salmantino pasó factura y los de Anquela lo aprovecharon a la perfección en un partido donde los manchegos ofrecieron notables imprecisiones en casi todas sus líneas. No hubo intensidad defensiva, no hubo generación ni tampoco hubo creación de peligro, más allá de la acción puntual en la que Roman Zozulia remató y Herrero blocó con felinos reflejos.
La cuestión ahora se centra en la reinvención de Ramis para su visita a La Rosaleda de Málaga, ya que allí no podrá contar tampoco con Jon Erice, Néstor Susaeta ni su pichichi Rei Manaj. Es decir, el equilibrio defensivo y el pichichi se ausentarán en una de las citas más relevantes del curso como lo es la visita al feudo del líder. Pero, más allá de las bajas que tendrá Ramis, la idea se debería centrar en cómo frenar las acometidas de los de la Costa del Sol, ofreciendo, de inicio, otra versión radicalmente opuesta en cuanto a intenciones y sensaciones se refiere.