/Nacho López/
El Albacete Balompié tiró este lunes por la borda durante los segundos 45 minutos los tres puntos que tenía en el bolsillo ante el Cádiz. Al final, los blancos sumaron un punto gracias a Tomeu Nadal, pero de no haber sido por el excelso papel bajo palos del de Manacor, el Alba habría cerrado la Feria con una justa derrota ante el cuadro gaditano. La salida de Eugeni del terreno de juego, determinante.
Cuando el colegiado de la contienda señaló este lunes el tiempo de descanso y el 1-0 campeaba en el marcador a favor del Albacete Balompié, ni los más pesimistas imaginaban lo que estaba por ocurrir en la reanudación. Más, si se basaban en el juego que en los duelos ante Depor, Las Palmas,Córdoba y Reus habían destilado los pupilos de un Luis Miguel Ramis que ante el Cádiz, debió sufrir el temido ‘ataque de entrenador’ durante el descanso y varió los esquemas que hasta ahora tan buenos resultados de juego habían ofrecido.
El Albacete Balompié de la presente temporada es un Albacete Balompié concebido desde un principio para tener la posesión del balón y para a través del dominio del esférico llegar a marco contrario, sin embargo, Ramis decidió dar el balón al Cádiz durante la segunda mitad y ya saben ustedes lo que pasó. Que menos mal que Tomeu Nadal es un muro porque si no, de otro resultado muy distinto estaríamos hablando a estas horas.
El Alba no fue fiel durante la segunda mitad ante el Cádiz a lo que desde que comenzó su pretemporada ha trabajado en la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta y dejó en el vestuario en el descanso el fútbol de calidad que tanto ilusionó en el arranque liguero, para pasar al desilusionante espectáculo del final de la temporada pasada con el ínclito Enrique Martín en el banquillo dándole el balón a los de Álvaro Cervera y sufriendo cada vez que los amarillos pasaban del centro del campo.
En el futbol, como en la vida, o ganas o aprendes y por el bien del equipo blanco, esperemos que el hecho de seguir invictos no ciegue los errores cometidos este lunes ante el Cádiz desde el banquillo y el empate haya servido para aprender.
