Pinceladas de arte de Talavante rescatan del fracaso una nueva mansada en la Feria Taurina de Albacete

/Nacho López/ Foto: Javi Romero/

Tras cortar una oreja a cada uno de sus oponentes, Alejandro Talavante ha salido a hombros por la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete. Solo el arte del de Badajoz salvó una tarde en la que El Juli y Perera no pudieron triunfar debido a la mansedumbre, falta de casta y poca servidumbre de los toros de Juan Pedro Domecq – Parladé.

La Feria Taurina de Albacete 2018 llegó este lunes a su fin y como colofón, El Juli, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante dieron lidia y muerte a un encierro de Juan Pedro Domecq – Parladé.

Abrió plaza ‘Instigador’, de 492 kilos de peso, herrado con el número 8 en los costados, nacido en marzo de 2014 y de capa colorada.

De sangre de toro y oro, El Juli recibió con maestría con el capote al de Parladé, pero desde ese mismo momento el ‘tocadito’ de pitones de la casa Domecq comenzó a evidenciar en las chicuelinas del madrileño algunos defectos en su embestida.

No hubo prácticamente lucha en el caballo y el puyazo que recibió el astado por parte de Salvador Núñez no pudo ser más liviano. El tercio de banderillas, pasó sin pena ni gloria.

Optó El Juli por no realizar brindis y se fue a los medios para comenzar la faena de muleta, aprovechando el hecho de lo bien que humilló el de Parladé.

Protestaba y se abría descomponiendo la embestida el toro cuando El Juli probó a torear con la mano izquierda, intentando llevar al toro lo más largo posible.

Fue cogiendo intensidad poco a poco la faena de muleta, pero no terminó de romper debido a la falta de chispa del ‘noblón’ de Parladé.

Clavó hasta la bola El Juli en su primer intento, pero el estoque cayó desprendido, trasero y sin una ubicación correcta. Por ello y por el desarrollo de la lidia, hubo petición minoritaria de trofeos y el diestro de Velilla de San Antonio se quedó sin tocar pelo. Hubo leves palmas para el toro en el arrastre y controversia y división de opiniones hacia El Juli.

SEGUNDO TORO

‘Socarrón’ fue el primero del lote de un Miguel Ángel Perera que se presentó en Albacete vestido de teja y oro con bordado mexicano. Herrado con el 24 en los costados, de capa castaña, nacido en noviembre de 2013, del hierro de Parladé y con 550 kilos de peso, el astado tomó bien el capote de Perera aunque no permitió el lucimiento del de Puebla de Prior.

Estrecho de sienes, empujó muy bien en el caballo y descabalgó a Ignacio Rodríguez, que vivió momentos de mucho peligro tendido en el suelo a punto de ser prendido y a punto de haber sido aplastado por el propio caballo. Afortunadamente, todo quedó en un susto.

Regresó la tranquilidad al albero con el tercio de banderillas y Curro Javier y Javier Ambel fueron los encargados de manejar los palitroques.

Sí brindó Perera y lo hizo el público, dejando como en él es habitual la montera en la segunda raya de picar. Clavó después los pies sobre la boca de riego y citó para recibir al morlaco con una cambiada por la espalda y rápidamente recogió al de Parladé con la muleta para comenzar la faena propiamente dicha.

Alargó la embestida del toro y cargó la suerte Perera, bajándole la mano con la muleta planchada intentando aprovechar una calidad en el toro que en cuanto el diestro le bajaba la mano desaparecía.

Molestó el viento a Perera durante la faena y en algunos momentos quedó descubierto, recurriendo al temple para aprovechar el poco gas del de la Casa Domecq.

Las distancias fueron claves en la lidia del bociblanco ‘Socarrón’ y supo calcularlas muy bien Miguel Ángel Perera, que no dejó que el toro tocara nunca los engaños a pesar de las rebrincadas embestidas del animal.

Se diluyó la faena al mismo tiempo que el toro comenzó a quedarse mucho más corto de lo que venía haciéndolo desde el principio y se fue Perera a por el estoque de acero, matando realmente mal de un bajonazo en lo que a colocación se refiere a pesar de haber clavado hasta la bola. Murió el toro degollado con un gran derrame y no hubo petición de trofeos para el torero nacido en Extremadura.

TERCER TORO

El tercero de la tarde fue ‘Rebeco’, nacido en enero de 2014, de capa sarda, herrado con el 32 en los costados, de la ganadería de Parladé y que dejó 525 kilos a su paso por la báscula.

Torero de inspiración e improvisación, Talavante recibió al astado con el capote por afarolados e imprimió liturgia torera toreando a una mano con el capote después y pasando por varios puntos del repertorio hasta que los picadores saltaron al ruedo.

Brindó el también extremeño al público y comenzó de rodillas la faena de muleta, arrancando los primeros olés del respetable.

Estaba a gusto y con ganas en la cara del toro Talavante y embrujó con su muleta al de Parladé, dejando una faena de inspiración torera enroscándose con el morlaco.

El toro era perfecto para las condiciones de Talavante y el de Badajoz hizo las delicias de un público entregado al arte del especial y distinto matador.

Clavó hasta los gavilanes Talavante en su primer volapié, pero para ser justos cayó algo desprendido el estoque y la muerte del astado no estuvo ejecutada de manera correcta.

Hubo petición mayoritaria y hubo trofeo para Talavante, pero a pesar de la fuerte petición no hubo dos orejas debido a la mala colocación de la espada. Hubo palmas para el toro en el arrastre.

CUARTO TORO

Tras el intermedio para la merienda, ‘Malhechor’ saltó al ruedo de la Plaza de Toros de Albacete y lo hizo mostrando capa negra mulata, estando herrado con el 15 en los costados, habiendo nacido en diciembre de 2013 y dejando 503 kilos a su paso por la báscula.

Se fue El Juli a brindar a los medios y comenzó su faena con ayudados por abajo para darle horma al de Parladé, yéndose después a los ‘terrenos de Dámaso’ delante del tendido 9.

Le bajó la mano El Juli, pero protestaba el toro a esa altura y no embestía con claridad. Probó después el de Velilla de San Antonio con la mano izquierda, pero el toro no terminaba de romper y todo había que hacerlo perdiendo pasos y a media altura.

Conforme avanzaban las manecillas del reloj el toro se fue rajando y embruteciendo y en ningún momento dejó estar a El Juli a gusto en la cara del toro y lidiar con belleza ante la falta de casta y raza del de Parladé.

Dejó una estocada entera en su primer intento y el toro dobló en los terrenos del tendido 10. Hubo palmas de cariño para el diestro y silencio durante el arrastre para el toro.

QUINTO TORO

‘Nómada’ fue el penúltimo toro de la Feria Taurina de Albacete 2018. Nacido en enero de 2014, mostró capa castaña, estuvo herrado con el 45 en los costados y pesó 539 kilos.

Salió muy suelto de todo siempre Nómada y no mostró facilidades, yéndose al desolladero prácticamente sin picar y dejando unas aptitudes adversas en el tercio de banderillas.

Brindó de nuevo Perera al público y comenzó la faena de muleta delante de la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete, con mucho criterio y mucha pausa mimando al de Parladé.

Justo de motor y de casta, mostró nobleza a raudales el astado y ayudó a Perera en la franela aunque la tomaba a cámara lenta.

La gente fue entrando poco a poco en la faena del extremeño, que a base de temple y paciencia pudo sacar las cosas potables que llevaba el toro en su ADN.

Con el compás muy abierto buscaba llevarlo muy largo el diestro, aguantando en algún momento miradas y frenazos en la embestida que a más de uno le hubieran impedido hasta tragar saliva.

Auténtico arrimón el que al final se tuvo que pegar un Miguel Ángel Perera que clavó el estoque hasta los gavilanes en su primer intento, algo desprendido, y que vio como la presidencia le concedía 1 oreja a pesar de la fuerte petición que hubo para un segundo trofeo. Todo sea dicho y en opinión del que escribe, justa decisión la tomada por Joaquín Coy.

SEXTO TORO

‘Duendecito’ puso el broche a la feria de este año y lo hizo mostrando capa negra listona y dejando 568 kilos en su paso por la báscula. Había nacido en diciembre de 2013 y estuvo herrado con el 21 en los costados.

Evidenció falta de fuerza el morlaco desde su salida y la hizo patente tanto en varas como en banderillas, llegando lógicamente muy justito de gasolina a la faena de muleta.

No hubo brindis por parte de Talavante en esta ocasión y el de Badajoz se fue directamente a los medios para cerrarse con el de Parladé.

Aplicó Talavante temple en sus lances y toreó a media altura para que no perdiera las manos el toro, algo que pasaba cada vez que el diestro le bajaba la mano.

Hizo Talavante con los engaños mejor al toro de lo que era y dejó lances cargados de su particular toreo lleno de arte, enmudeciendo a una Plaza de Toros de Albacete en la que sólo se oían los acordes de la música y los cites del diestro al cornúpeta.

Con el pecho por delante presentando la muleta, nunca obligó Talavante al de Parladé y toreó francamente bien sacando petróleo donde no lo había.

Cómo buen manso fue imposible que la gallina no cantara y a la mínima opción que tuvo, el toro se fue a tablas y no quiso saber nada más de la lidia.

Acertó Talavante con el acero y aunque no culminó su faena como a él le hubiera gustado debido a la no servidumbre del astado y recibió el reconocimiento del público cortando una oreja que le permitió salir por la puerta grande.

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