Paco Ureña, más de tres horas de operación en el Hospital de Albacete tras la rotura del globo ocular

/Javi Romero/Foto: María Vázquez, Taurino Manchega/

Saludaba con el capote Paco Ureña al cuarto de la tarde, ‘Clarinete’, de 622 kilos de peso y herrado con el 58 en los costillares. El de Lorca se ajustó con él con el capote pegado a tablas en terrenos del 3, cuando en un lance fortuito el astado levantó la testa y recetó  un seco pitonazo en el ojo izquierdo del valiente matador. En ese momento Ureña fue consciente que no era un golpe más, soltó el engaño y tomó el olivo para ser explorado por miembros de su cuadrilla hasta que segundos después llegaron los prestigiosos Pascual Masegosa y Jesús Cuesta que vieron rápidamente que aquello no tenía buena pinta.

Inmediatamente llamaron al equipo de oftalmología de guardia del Hospital de Albacete para avisarles de lo sucedido y que se preparan ante una más que probable rotura del globo ocular del torero, quien no quiso abandonar la lidia en ese momento y haciendo honor a su torería volvió al ruedo, mermado en su visión, para demostrar el valor sereno que le ha llevado a ser uno de los matadores más respetados por los aficionados al toro.

Conforme pasaban los minutos el ojo de Ureña se inflamaba más y más, y hasta un hilo de sangre llegaba a brotar de su párpado, pero el torero no quiso abandonar el ruedo y siguió regalando naturales robados a un manso de Alcurrucén hasta que lo pasaportó tras varios intentos, y es que mucho mérito tiene entrar a matar con las facultades mermadas y con el 50% de la visión.

Por su propio pie, sereno y tranquilo, anduvo hasta la enfermería de la Plaza de Toros de Albacete escuchando la ovación en unos tendidos que ya sabían, vía instantáneas que circulaban como lo pólvora, que lo de Ureña no había sido ninguna broma, todo lo contrario, le había metido el pitón en el ojo.

Trasladado entonces hasta el Hospital de Albacete, Ureña fue operado de urgencia durante más de tres horas en las que los cirujanos lograron suturar el globo ocular y su evolución en las próximas horas mostrará si Ureña ve afectada en mayor o menor medida la visión de su ojo izquierdo.

Paco Ureña honró ayer sobre el albero de la Chata a ese que cuyo capote de paseo lució en el paseíllo y que a buen seguro desde el lugar en el que se encuentre, sentirá orgullo por ese torero que elevó a la máxima expresión el significado de un oficio tan maravilloso como cruel.

PARTE MÉDICO UREÑA

 

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