/Hugo Piña/
Tiene que ser desesperante jugar al fútbol y que casi todas tus acciones sean cercenadas por el silbato arbitral. Debe minar la moral de cualquiera que pese sobre él una especie de ‘circular’ federativa en la que cada acción, cada movimiento o cada palabra (pocas en este sentido al no hablar con fluidez el castellano) sean observadas con especial meticulosidad. Y casi siempre para mal.
Este jugador y este futbolista no es otro que Roman Zozulia, delantero del Albacete Balompié y sobre el que parecen pesar demasiadas cosas contra las que el ucraniano no sabe muy bien como remitirlas. La forma de jugar del ariete del Alba es de una forma guerrera, al choque, a la disputa y siempre rehuyendo la forma sibilina de jugar al fútbol. Esto mismo le ha costado al futbolista del Alba numerosos quebraderos de cabeza, máxime cuando en cada lance del juego, casi todos los árbitros que semanalmente le arbitran, va al límite de cada acción, ya sea el minuto 1’ o el 90’.
No entiende otra forma de jugar al fútbol un siempre batallador Zozulia, con quien el estamento arbitral parece tenerlo meridianamente claro este curso en el que sorprende que tras cuatro jornadas lleve acumuladas ya un total de tres amarillas. Demasiadas y sobre todo excesivas están siendo las interpretaciones del colectivo arbitral hacia un Roman Zozulia que se está viendo notablemente perjudicado por los colegiados.
Pizarro Gómez comenzó la ‘cruzada’ contra Zozulia en la primera jornada liguera ante el Deportivo. El trencilla madrileño amonestó al ucraniano en el 71’ de partido por, según recoge el acta, “protestar, de forma ostensible una decisión mía”. En la tercera jornada de Liga, Moreno Aragón amonestó al oriental en el minuto 13 de partido, tras, según recoge el acta, “golpear con el brazo a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria”. La amonestación última, ante el Reus, ha colmado la desesperación tanto del jugador como de un sector notablemente amplio de la parroquia albacetista, momento en que Ais Reig, en el minuto 22’ interpretase que el del Alba simulase “haber sido objeto de infracción, con ánimo de engañarme”.
Tres amarillas en cuatro partidos para un Roman Zozulia que parece encontrarse de lleno en el foco del estamento arbitral este arranque de competición liguera y que en las últimas semanas han seguido un parámetro curioso: amonestar al jugador en los primeros minutos, condicionando el estilo, la forma y el deseo del jugador desde el minuto 13 ante el Córdoba y desde el 22 ante el Reus. La premisa parece bastante clara con apenas un puñado de partidos disputados y tanto Zozulia como Ramis tendrán que tener especial cuidado con un aspecto que claramente se sitúa contra los intereses albacetistas.