/Nacho López/ Foto: Javier Romero/
Rubén Pinar ha abierto este miércoles la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete tras cortar una oreja a cada uno de sus oponentes. A pesar del triunfo del de Tobarra, el ganado privó al público de un espectáculo más vistoso.
La Plaza de Toros de Albacete ha acogido este miércoles la quinta corrida de su septembrino abono y tras los miuras, los rejones y las novilladas, las figuras han comenzado a abrirse paso en el serial albaceteño.
Abrió plaza vestido de berenjena y oro Antonio Ferrera dando lidia a ‘Listón’, de la ganadería de ‘Torrealta’, colorado de capa, herrado con el 52 en los costados, nacido en diciembre de 2013 y de 535 kilos de peso.
Tras casi no oler el capote y de un ‘justito’ tercio de varas llegaron las banderillas y los primeros pitos en la plaza de toros, dirigidos a Antonio Ferrera por no querer banderillear y dejarlo a sus subalternos. Cabe destacar que durante esta temporada, Ferrera ha desestimado usar los palitroques.
Brindó Ferrera a Pascual Masegosa y Jesús Cuesta, cirujano jefe y anestesista de la Plaza de Toros de Albacete respectivamente, y se fue a los medios en busca de ‘Listón’.
Noble, bajo de casta y sin transmisión, la torería y el buen hacer de Ferrera tardaron en llegar a los tendidos. Ausente de emoción, la faena se fue apagando al mismo tiempo que se agotaba la chispita del astado y Ferrera no tardó en cambiar el estoque simulado por el de acero. Por si fuera poco, erró el diestro con los aceros en tres ocasiones y con el verduguillo en la mano la faena languideció al mismo tiempo que pasaba con más pena que gloria. Hubo leves pitos en el arrastre para el de Torrealta y silencio para Ferrera.
SEGUNDO TORO
‘Controlador’ fue el segundo de la tarde, primero del lote de El Fandi, de 490 kilos de peso, capa negra, nacido en octubre de 2013, herrado con el 20 en los costillares y de capa colorada.
De nazareno y oro, recibió El Fandi al de Torrealta con una larga cambiada de rodillas y sus más fervientes seguidores se dejaron notar con facilidad en los tendidos con sus olés infundados.
Quedó crudo el toro con el leve puyazo infringido por el picador para que llegara con fuerza al tercio de banderillas y El Fandi, esta vez sí con fundamento, escuchara una sonora ovación tras su buen hacer con los palos.
Tras el preceptivo saludo a la presidencia, encabezada hoy de nuevo por Dña Genoveva Armero, brindó El Fandi al público desde el centro del ruedo y se fue frente a la puerta grande para comenzar la faena de muleta.
Mucho más vivo que el toro anterior, ‘Controlador’ mostró movilidad y repitió una y otra vez en la muleta de un Fandi que recriminó hasta en dos ocasiones al director de la banda de música por no hacer sonar los acordes durante la faena, olvidándose que estaba en una plaza de la categoría de la de Albacete y no, con todos los respetos del mundo para ese tipo de plazas, en una plaza portátil.
Comenzó a sonar la música y El Fandi metió una marcha más en la lidia, sometiendo al de Torrealta e intentando exprimir sus irregulares por momentos condiciones.
Llevó el astado siempre la cabeza muy alta y la humillación no fue con él, tragándose una y otra vez el poco ortodoxo toreo de un Fandi que demostró demasiada e innecesaria sorna este jueves en Albacete.
Clavó entero el estoque el de Granada pero cayó desprendido y no llevó muerte, por lo que hubo El Fandi de descabellar para mandar al desolladero el de Torrealta.
Con mayoría de pañuelos en los tendidos, Genoveva Armero no tuvo otra opción que concederle una oreja a El Fandi, oreja que otorgó el público y que en opinión del que escribe, no hace nada de bien a una plaza de la categoría como la de Albacete; muy distante de las referidas anteriormente plazas portátiles.
TERCER TORO
El primero de Rubén Pinar llevó por nombre ‘Copiloto’, estuvo herrado con el número 33 en los costados, de capa negra bragada, nacido en diciembre de 2013 y de 507 kilos de peso.
Reconoció el público, que llenó tres cuartos de plaza, con sus aplausos a Rubén Pinar tras haberse proclamado triunfador en las dos últimas ferias y el de Tobarra salió decidido a hacer bueno el refrán de ‘No hay dos sin tres’.
Gustó Pinar con el capote y lo mimó en el tercio de varas, cambiándolo tras un puyazo montera en mano y observando inteligentemente el comportamiento del astado durante las banderillas.
Vestido de maquillaje y oro, brindó Pinar al público y comenzó la faena de muleta con la mano derecha, buscando aprovechar la bondad del astado pero con la Espada de Damocles de la falta de fuerza pendiendo sobre la cabeza.
Falto de casta, transmisión y algo de bravura, ‘Copiloto’ no admitía series muy largas y en cuanto Pinar le atacaba un poco, el astado se afligía y protestaba debido a su escasez de fondo.
Pinar estuvo siempre por encima del animal, lo entendió muy buen y aprovechó lo poco que tenía el de Torrealta, conectado con los tendidos y arrancando los aplausos de sus paisanos.
Se tiró Rubén Pinar como si le fuese la vida en ello y el toro rodó sin paliativos, poblándose enseguida los tendidos de pañuelos reconociendo la profesionalidad del de Tobarra.
Hubo fuerte petición de dos orejas para Rubén Pinar, pero Genoveva Armero, sabiamente, condeció solamente una.
CUARTO TORO
Tras el descanso para la merienda, turno de nuevo para Antonio Ferrera y turno para ‘Legionario’, nacido en febrero de 2014, de capa negra mulata, herrado con el número 42 en los costados y que dejó 540 kilos a su paso por la báscula.
De nuevo brilló por su ausencia Ferrera con el capote y no le metieron las cuerdas en el caballo a Legionario, que ya demostró carencias durante el tercio de banderillas.
Se fue Ferrera montera en mano al centro del ruedo para brindar al público, dándole distancias al astado en los primeros compases de muleta y llevando las telas a media altura para no obligar en exceso la embestida del de Torrealta.
Con mucho temple y torería, evitó Ferrera que el astado le tocara muleta durante toda la faena y fue metiendo en harina poco al poco al cornúpeta.
Ayudando siempre al toro para que rompiera hacia delante, Ferrera dominó los terrenos y llevó muy largo al animal en sus muletazos, probando al de Torrealta tanto por el pitón derecho como por el izquierdo y quedando patente la tendencia del astado a la diestra por encima de la siniestra.
Hubo detalles, cosas sueltas e intenciones, pero hasta ahí llegó el río de Ferrera en forma de faena ante un astado que tuvo cosas buenas pero que evidenció una falta absoluta de fuerza e impidió con ello cualquier tipo de triunfo con ligazón.
Erró con los aceros y hubo de descabellar Ferrera, perdiendo si es que la tenía cualquier opción de tocar pelo. Hubo palmitas para el toro en el arrastre y saludo por parte del matador desde el tercio.
QUINTO TORO
‘Tapicero’ fue el quinto de la tarde, asomando por la puerta de chiqueros con capa negra mulata, habiendo nacido en octubre de 2013, estando herrado con el 45 en las costillas y habiendo dejado 505 kilos a su paso por la báscula.
Pecaron de ‘charlotistas’ El Fandi y su cuadrilla en el tercio de varas y fue picado en primera instancia en la paletilla por el picador que hacía puerta, que resultó descabalgado y a punto estuvo de sufrir algún percance.
No mostraba ya el astado buenas condiciones, pero eso no amilanó a El Fandi en las banderillas, donde obligó al astado como suele ser habitual en él y de nuevo puso en pie al respetable con su buen hacer con los palitroques.
A pesar de la inoperancia que demostraba el de Torrealta brindó El Fandi al público y rodillas en tierra, comenzó la faena de muleta intentando dar horma a la embestida del morlaco
Noble pero sin buenos finales en la embestida, lo que propiciaba el astado hacia que lo que se viera en el ruedo fuera de todo menos rematado. Muletazos sueltos y medios muletazos, en eso consistió la faena de un Fandi que no estuvo a la altura que exige esta plaza, ni con su toreo ni con sus cabreos porque no sonara la música en su primero.
No estuvo acertado El Fandi con los aceros y tuvo que descabellarlo para darle muerte, recibiendo el torero palmas cariñosas tras el arrastre.
SEXTO TORO
Cerró plaza ‘Estudiante’, de 545 kilos de peso, negro de capa, herrado con el número 12 y nacido en diciembre de 2013.
Hubo quilates en el toreo de capote de Rubén Pinar y advirtió el de Tobarra tanto las cosas buenas como las malas que llevaba en su ADN el de Torrealta.
Movió y voló el capote con maestría Rubén Pinar y mimó con pulcritud al astado en el tercio de varas, buscando que pudiera llegar con trasmisión a la faena de muleta para intentar abrir la puerta grande en la primera de sus dos comparecencias en la Feria Taurina de Albacete 2018.
Brindó Rubén Pinar a su hermano y se fue decidido a por el astado, dándole temple desde el primer muletazo demostrando la preparación que atesora y el buen momento en el que se encuentra.
Tiró Pinar de repertorio con las telas y pronto arrancó los aplausos del público y los acordes de la banda de música, acompasando con su son el buen hacer de Pinar ante el sexto de la tarde.
Con la mano muy baja y funcionándole muy bien la cabeza, no le llevó Pinar la contraria nunca al toro e hizo lo que el astado le demandaba, sacándole todo lo que tenía dentro y siempre a favor querencia.
Demostró Pinar una gran capacidad lidiadora y estuvo muy firme y muy serio para que ‘el mansito’ se encontrara a gusto.
Inteligente con la elección de terrenos, lidió al toro donde el de Torrealta quería e hizo al astado mostrar mejores condiciones de las que dictaba su ADN.
Se tiró a matar Rubén Pinar sabedor de que de ello dependía que se abriera o no la puerta grande y dejó algo más de tres cuartos de estoque, necesitando además un descabello para mandar al morlaco al desolladero.
El público reconoció la inteligente faena de Rubén Pinar y pobló de pañuelos los tendidos pidiendo con fuerza en algunos sectores la segunda oreja. Finalmente, todo quedó en una pero fue suficiente para abrir con justicia la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete.