Brillante José Fernando Molina

/Nacho López/Foto: Víctor Fernández y Podio/

Tercer festejo de abono en la Plaza de Toros de Albacete, donde los novilleros derrocharon valor y ganas y hubo uno que estuvo muy por encima del resto y que a buen seguro dejó una de las faenas de la Feria en su primer oponente.

El tremendo diluvio caído ayer en nuestra capital no ha impedido que la Feria siga su curso y fieles a los carteles presentados en su momento, Cristian Pérez, Adrián Villalba y José Fernando Molina hacían el paseíllo a las 18:00 horas para dar lidia y muerte a una novillada de Juan Manuel Criado y Encinagrande. Tras el paseíllo, los tres jóvenes diestros recibieron el calor del público con una cerrada ovación a un cartel 100% albaceteño.

Tras su ausencia del año pasado y su huelga de hambre en la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete reclamando una oportunidad, Cristian Pérez abría plaza y lo hacía lidiando a un cuajado novillo de Criado Holgado que dejó 495 kilos a su paso por la báscula, estaba herrado con el 14 en los costados, presentó capa negra meana y había nacido en noviembre de 2014. De azul marino y oro, Cristian Pérez intentó mimar al novillo en todos los tercios, pero en el de banderillas el astado ya dejó clara sus dificultades y varios defectos. Brindó Pérez al público y miró al cielo buscando a Dámaso, comenzando la faena de muleta por abajo en los terrenos del uno frente a la puerta grande. Al novillo había que poderle llevándolo y Cristian Pérez se lo llevó a la segunda raya de picar, lugar en el por norma general se siente bien tanto el bravo como el manso. Faltito de casta y de embestida bruta y brusca, el novillo se fue dejando conforme avanzaba la faena y fue tomando con más calidad la muleta de un Cristian Pérez que estuvo firme con el animal y no dejó nunca que el de Criado Holgado le tocara la muleta. El diestro no evidenció la falta de festejos que acumula a pesar de haber toreado 4 novilladas en dos años y estuvo siempre por encima de su oponente, dominando los tiempos y los terrenos. Erró el de Albacete con los aceros y hubo de entrar a matar en tres ocasiones hasta mandar al novillo al desolladero, añadiendo además un descabello. El público lo premió con un saludo desde el tercio.

Adrián Villalba debutó este lunes con caballos y lo hizo vestido de grana y oro dando lidia a Pelícano, nacido en octubre de 2014, herrado con el 29 en los costillares, de capa negra, de 429 kilos de peso y de la ganadería de Criado Holgado. Tras pedir el pertinente permiso a la autoridad competente con saludo a Dña Genoveva Armero, Adrián Villalba brindó el astado a Sebastián Cortés, Gonzalo González y Sergio Martínez y se fue al centro del ruedo para citar al astado por estatutarios y terminar arrancando la primera ovación del público. Pero lo mejor estaba por venir. Templó Villalba para embeber al novillo en la franela y aprovechó las condiciones del astado para cuajar series muy toreras y muy interesantes que no pasaron desapercibidas para los espectadores. De embestida pronta, el novillo mostró un juego fantástico, con motor, con nobleza, con profundidad… Unos argumentos que fueron percibidos fantásticamente bien por el matador, que con la mano muy baja y una actitud de profesional a pesar de ser un debutante, cuajó la faena que a buen seguro tantas y tantas veces soñó para un día como el de hoy. Clavó en todo lo alto Villalba la primera vez que entró a matar, repitiendo el proceso en la segunda y perdiendo por tanto cualquier opción de trofeo a pesar de la gran faena. Para mandarlo al desolladero, necesitó el novillero una nueva entrada que esta vez sí, quedó clavada y encontró muerte. El toro fue despedido en el arrastre con una ovación y Villalba recibió el cariño de sus paisanos en forma de ovación y saludó desde el tercio.

Debutaba también este lunes con picadores el también albaceteño José Fernando Molina, que lo hizo dando lidia a Tornillero, negro mulato, de 445 kilos de peso, nacido en diciembre de 2014, herrado con el 3 en las costillas y de la ganadería de Encinagrande. De gris perla y oro, José Fernando Molina rindó el novillo al cielo en memoria de Dámaso González, haciendo extensivo el brindis al público congregado en la Plaza de Toros de Albacete y que llenó medio aforo. Sin prisa, con mucha seguridad en la cara del toro, con temple y con destellos de torero de clase, José Fernando Molina dio ligazón a los pases con mucho gusto y demostró andar muy bien a pesar de su bisoñez y poco bagaje. Toreando a cámara lenta, Molina demostró ese ‘algo’ que los entendidos dicen desde hace tiempo que tiene y para nada evidenció ser un debutante. No es un ‘cualquiera’ José Fernando Molina y toreó francamente bien a su oponente, demostrando estar mucho más hecho de lo que indica su DNI. Sobrado de valor, Molina siempre puso el pecho por delante y rayó un nivel propio de una dimensión superior. ‘No es normal cómo estuvo Molina en su debut’ podrían decir las crónicas y no dirían ninguna mentira, pues el dominio de las suertes, el valor, la colocación, el saber hacer, la templanza, el conocimiento de los terrenos y un sinfín de detalles que demostró, estuvieron muy por encima de la que se presupone que un torero de su edad y que acababa de debutar con caballos sabe hacer. Despachó al astado de una certera estocada y el público y la presidencia le otorgaron dos merecidisímas orejas. Igualmente, el novillo fue despedido con una sonora ovación. Rompió a llorar José Fernando Molina de felicidad al ver los dos pañuelos en el palco presidencial, pues solo él sabe lo que ha pasado en los últimos meses tras romperse los ligamentos y el menisco y estar en vilo su presencia hoy en Alnacete durante mucho tiempo.

‘Recogido’ fue el cuarto de la tarde, segundo del lote de Cristian Pérez, un novillo que dejó 412 kilos en la báscula, había nacido en noviembre de 2014, era de capa negra, de la ganadería de Criado Holgado y estaba herrado con el número 21. Intentó gustar y gustarse Cristian Pérez con el capote, pero la presencia de viento deslució el primer tercio. Llegado el turno de la verdad, brindó el novillero la muerte del astado a su madre y su abuela porque según manifestó, son “lo más importante de mi vida”. Citó de rodillas desde los medios y puso toda la carne en el asador para dar lidia a un novillo nada fácil y que había que llevarlo muy centrado en la franela y no darle la más mínima opción de despistarse del los engaños. Supo entenderlo Pérez y supo darle la distancia que necesitaba, pero la escasez de fuerza hizo que no hubiera ligazón entre muletazo y muletazo. Aún así, el joven diestro estuvo siempre por encima del novillo y derrochó disposición. Despachó al astado de una estocada y dos descabellos y no pudo tocar pelo, recibiendo el cariño y reconocimiento del público con una sonora ovación.

El quinto de la tarde fue ‘Fotógrafo’, de la ganadería de Criado Holgado, nacido en diciembre de 2014, herrado con el número 18 en los costados, de capa negra y que dejó 460 kilos a su paso por la báscula. Brindó al público Villalba antes de comenzar la faena de muleta, faena que comenzó por abajo para ahormar la embestida del astado y que terminó sacando al de Criado Holgado a los medios. Ahí llegaron los mejores momentos de la faena, con un novillo que mostró condiciones y con el que Villalba se dobló por abajo para aplicar su concepto del toreo. Buenos plantado en la cara del toro, Villalba le dio tiempo y distancia al novillo para intentar sacar todas las virtudes del animal, siendo prendido tras una tanda quedando conmocionado debido al impacto contra el suelo en la caída. Se recompuso con prontitud Villalba, pero el novillo sabía que se dejaba una presa atrás cada vez que tomaba la muleta y el peligro aumentó en cada una de las series posteriores. De ahí en adelante, el novillo se descompuso, se embruteció y fue perdiendo virtudes, descomponiendo la embestida y frenando en seco las intenciones de Adrián Villalba. Hubo de descabellar el novillero para dar muerte al astado y todo se saldó en una cerrada ovación con intento por parte del matador de dar la vuelta al ruedo.

Majareto’ cerró plaza en los engaños de José Fernando Molina , un novillo de 490 kilos de peso, capa negra, herrado con el número 30 en los costillares y nacido en noviembre de 2014. Molina fue agarrado por el pecho y derribado por el de Criado Holgado durante la faena con el capote, no resultando afortunadamente herido. Se recompuso el de Albacete con prontitud y se fue de nuevo al astado para mostrarle el capote y dominarlo con los engaños. Cómo ocurriera con Adrián Villalba, Molina brindó también a Sebastián Cortés, Gonzalo González y Sergio Martínez, maestros de la Escuela Taurina de Albacete y que tanto han tenido que ver en la formación de estos novilleros. Con unas tremendas composturas, José Fernando Molina dominó la brusca embestida del de Criado Holgado y supo convertir los defectos en virtudes, metiendo en la muleta un novillo que tenía alguna cosa buena y muchas malas. Despacio, con temple, cargado de valor, Molina se hizo con el novillo y de nuevo las palmas fueron la banda sonora de su faena de muleta, estando con una serenidad pasmosa en la cara del toro a pesar del peligro del astado. No fue normal la madurez que demostró José Fernando Molina, estando igual de bien con el toro malo que con el bueno y derrochando una seguridad pasmosa. Pinchó en lo alto en su primer intento con el estoque, acertando en el segundo hasta la bola y cortando una nueva oreja en la tarde de este lunes.

FOTOS | Las mejores imágenes de la primera novillada de la Feria Taurina de Albacete 2018

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