/Nacho López/ Fotos: Javier Romero/
Llegó el turno del albaceteño Sergio Serrano en el tercero de la tarde, un ejemplar negro bragado de Miura de 550 kilos de peso, negro bragado de capa, nacido en febrero de 2014, ‘Atunero’ de nombre y herrado con el número 21 en las costillas.
Vestido de caña y oro en homenaje a Dámaso González, el público hizo saludar desde el tercio a Serrano antes de que el toro saliese al albero y antes de que Serrano clavara las rodillas en la arena para recibir a ‘Porta Gayola’ al de Miura.
Volvía Sergio Serrano a la Feria de Albacete tras no entrar en los carteles del año pasado y lo hizo cargado de ganas y entrega, mimando mucho al astado para que llegara en las mejores condiciones posibles a la faena de muleta.
Brindó Serrano al novillero Pedro Jesús Merín, amigo íntimo de Sergio Serrano y al que según manifestó, “si no fuera por ti no estaría hoy aquí”.
Comenzó Serrano su faena de rodillas, bajando la embestida del animal y aplicando mucho mimo en todo lo que le hacía al de Miura.
Entendió Serrano la nobleza y el temple del animal a pesar de llevar una larga temporada ‘sin ver un pitón’, demostrando mejores hechuras cuando las cosas se le hacían por abajo.
El público estaba volcado con el torero de Albacete y llenó de olés los tendidos al mismo tiempo que Sergio Serrano hacia todo con mucha dignidad y sacaba al de Miura muletazos de gran belleza tanto por el pitón derecho como por el izquierdo.
Demostró mucha nobleza ‘Atunero’ desde su salida a la plaza, pero estuvo muy cerca de herir a Sergio Serrano a la hora de entrar a matar y solo el capote de la Virgen de Los Llanos evitó un mal mayor en lo que al estado de salud del matador se refirió.
Con la estocada clavada casi en su totalidad, el de Miura consumió mucho tiempo para doblar, necesitando un golpe de verduguillo para morir y propiciar que el público concediera una oreja a su paisano.
