/Nacho López/Foto: Víctor Fernández/
El Patio de Caballos de la Plaza de Toros de Albacete albergó en la noche de este viernes el último de los conciertos de flamenco que desde el miércoles han hecho las delicias de los amantes de los ‘tablaos’ en nuestra capital.
Para cerrar el ciclo la voz de Manuel Cuevas tiñó de ‘quejío’ los rincones de tan especial escenario, acompañado por la maestría con la guitarra española de Juan Manuel Cadenas ‘El Chino’.
La grandeza de Cuevas no es algo baladí, ya que el de Osuna (Sevilla) comenzó desde muy joven a destacar, pero fue a partir de obtener la prestigiosa ‘Lámpara Minera’ en el ‘Festival Internacional del Cante de las Minas’ en 2002 cuando su carrera artística dio un salto cualitativo exponencial y comenzó a compartir escenario con las más prestigiosas figuras del arte flamenco en los festivales más importantes de Andalucía. A día de hoy es requerido por la afición de todos los puntos de España y se ha erigido como uno de los artistas más destacados de su generación, siendo uno de los más queridos y solicitados por los amantes de las saetas.
Como gran dominador de este ‘palo’ flamenco, Manuel Cuevas deleitó con su cante a los albaceteños con tercios prolongados, llenos de dolor y sentimiento e impregnados con la fuerza expresiva de sus condiciones cantaoras, que, por ejemplo, le hacen imprescindible en los balcones de la Semana Santa andaluza y en algunos de los escenarios más importantes del país.