Hasta la redacción de El Digital de Albacete ha llegado una carta abierta con el ruego de publicación dirigida al alcalde del municipio, Gregorio Moreno, en relación a su apoyo la instalación de una macrogranja en el municipio.
Estimado Goyo:
Pocos serán los alcaldes que quisieran dejar a sus vecinos un legado como el que tú estás decidido a donarnos.
Lamento, lamentamos, que no formes parte de esa corriente socialista que tan vehementemente defiende el medio ambiente, la salud de todos en definitiva. El presidente Page ha visto, por ahora, compensado su empeño en que no se construya un ATC en nuestra región. Él considera que sería un peligro, una amenaza, para los castellano-manchegos el transporte y almacenamiento de elementos radiactivos. Y no le crea un problema la pérdida de los puestos de trabajo que traería consigo la no construcción de ese almacén. Por encima están la seguridad, la tranquilidad, el bienestar de los habitantes de ese territorio, de toda Castilla La Mancha. Y por supuesto la conservación del medio ambiente. Para ello no dudó en ampliar la zona de protección de aves . Otro ejemplo lo protagonizó recientemente la ministra Ribera, quien nos ha dicho que los días del diésel están contados. Le preocupa la inhalación que los españoles podamos hacer de las partículas y otros elementos contaminantes que lanzan los tubos de escape de ese tipo de vehículos. Tampoco parece tener en cuenta los 40.000 puestos de trabajo que perdería la industria automovilística. Y este pensamiento es el que tú mantienes para permitir la construcción de una monstruosa granja de cerdos (51 naves, 18 balsas de purines, 140.000 cerdos): los puestos de trabajo.
¿Cuántos trabajadores serían contratados? ¿Cuántos vecinos se verían afectados por las incomodidades, el sufrimiento, los peligros de estar permanentemente respirando esos vapores nocivos? También los pueblos vecinos sufrirían las consecuencias. ¿Vale la pena? ¿A ti no te preocupan los problemas medioambientales que llegarán? ¿Quién paseará por los caminos? ¿Qué ocurrirá con unos campos saturados de purines? ¿Qué valor tendrá esa tierra? ¿Cuándo dejará de ser fértil? ¿Qué ocurrirá con esa muestra de bosque mediterráneo en donde se ubicarán las naves? ¿Qué aves, reptiles o mamíferos permanecerán en unos bancales infectos? ¿Qué o cuántos medio ambientes serían necesarios para recibir, sin ser alterado, semejante lluvia constante de purines? Todos sabemos que jamás nadie se ha preocupado por nuestro pueblo, por traer algo que llevara consigo trabajo y mejora de las condiciones de vida. ¿No te molesta que solo se acuerden de nosotros para convertirnos en porqueros. Que nos cambien de manera tan dañina nuestras tradicionales y sanas formas de vida? ¿No te has parado a pensar que unas instalaciones así no se han levantado antes y que sus efectos son, en parte, desconocidos? Ya tenemos problemas con el agua por el exceso de nitritos, ¿estos purines aliviarán o agravarán el problema? Sabes bien que, en Pozuelo, el agua nunca ha sobrado; pero, ¿habrá recursos para abastecer la macrogranja? ¿Cuánto tiempo podrá ser extraída agua? ¿A qué profundidad? ¿Qué quedará luego? ¿O acaso este problema lo resolverán desde fuera?
Goyo, ¿te gustaría ser recordado como el alcalde que creó 15, o 20, puestos de trabajo en Pozuelo, pero condenó a sus habitantes a padecer los efectos de la macrogranja para siempre?
Son muchos los estudios que desaconsejan este tipo de instalaciones. Son muchos los ejemplos de localidades que reniegan del hecho de poseer en su término una granja porcina. Por el bien de todos los vecinos, de nuestros mayores, ten en cuenta estas consideraciones. Y ahora que todo debe ser sostenible, no nos vendas por un plato de lentejas.
Un abrazo.
JOSÉ MARÍA RUIZ MARTÍNEZ
