/Hugo Piña/
La llegada de Luis Miguel Ramis al banquillo del Carlos Belmonte supondrá un giro de ciento ochenta grados a lo visto en el club manchego durante la última etapa bajo la estancia de Enrique Martín Monreal. Juventud por veteranía o preparación por jerarquía serán algunos de los cambios más sustanciales que el Albacete Balompié ofrecerá en su camino recién iniciado y en el que el tarraconense Ramis será el encargado ejecutor de las peripecias habituales del banquillo del Carlos Belmonte.
Con una base enriquecida tras su paso por la cantera del Real Madrid, Luis Miguel Ramis tendrá la oportunidad de comandar a un Albacete Balompié que espera de él, y su equipo, el mayor de los éxitos deportivos en un Carlos Belmonte que, ante todo, anhela no sufrir tanto como con el veterano Enrique Martín en los últimos meses. Y es que, incluso, se llegó a temer por la vida del proyecto al completo tras un paupérrimo bagaje del navarro a los mandos, encadenando un total de once jornadas sin ganar al final del campeonato.
Se pasará por tanto del olor a naftalina de Martin al fresco aroma de juventud de Ramis en un banquillo del Albacete Balompié que, con Skyline International, habrá cambiado ya hasta en tres ocasiones de entrenador. Por ello, esperarán ahora en la propiedad que el catalán sea el preparador que, por fin, pueda ofrecer algo de estabilidad en el ámbito deportivo, pues no son precisamente los cambios los mejores aliados de sustentar un proyecto que desde la llegada de los Kabchi ha cualificado por completo a una entidad como la del Albacete.
Será ahora cuando, de la mano de la juventud y preparación de Luis Miguel Ramis y su equipo, más la inestimable aportación en la dirección deportiva de Mauro Pérez y de Luis Casas, se intente proyectar un camino más ilusionante que nunca, ofreciendo un halo de luz en forma de buenos resultados que deberán llegar acompañados por un acertado mercado veraniego y la renovación -latente- de un Roman Zozulia que sigue desojando la margarita de su futuro.
Al fin, se dará un nuevo giro completo al proyecto de los Kabchi en La Mancha, ofreciendo nuevamente una cara joven y preparada (ahora sí) que sirva de abono para que pronto comiencen a germinar las primeras y necesarias raíces.
