El Juzgado de lo Penal Uno de Albacete ha condenado a un hombre por tres delitos de robo con violencia en tres farmacias de la ciudad de Albacete a 13 años y 9 meses de prisión. De tal forma, señala la sentencia, que por un delito de robo con intimidación abierta público se le ha condenado a 4 años y 3 meses de prisión y por dos delitos de robo con intimidación en establecimiento abierto al público y uso de armas o instrumento peligroso a la pena de 9 años y 6 meses de cárcel.
La sentencia de la Sala detalla en sus hechos probados que el condenado sobre las 12:20 horas del 9 de mayo de 2017 se dirigió a una farmacia de la ciudad de Albacete, si bien no había clientes en su interior, entró directamente a la rebotica, en la que se encontraba la propietaria y las empleadas y “exhibiéndoles algo a modo de arma, les dijo: “¡no me miréis a la cara, bajad las cabezas!”. Seguidamente cogió a la propietaria y empujándola por la espalda con el objeto que portaba, la acercó hasta donde se encontraban las otras dos y ordenó a una de ellas que sacara el dinero de la caja, un total de unos 970 euros, que el acusado guardó en uno de sus bolsillos”. Finalmente el condenado ordenó a las mujeres que se metieran en el cuarto de baño y contaran hasta cien, abandonando el acusado el establecimiento con el dinero.
Sigue detallando la sentencia que el condenado, sobre las 13:00 horas del 22 de mayo de 2017 se dirigió a otra farmacia, la cual también se encontraba abierta al público, y en cuyo interior se encontraban la propietaria y una joven que se encontraba haciendo prácticas, así como una dienta. El condenado, “acercándose por detrás a la dienta y agarrándola del brazo, sacó de entre sus ropas un cuchillo y se lo colocó en la espalda a la vez que les decía: “¡no me miréis a la cara, no me miréis a la cara, esto va a ser rápido, dame el dinero!”. La propietaria le entregó todo el dinero, 462 euros. Seguidamente, el condenado “cogió a la dienta y la llevó junto a la propietaria y a la empleada a la rebotica” y se marchó del lugar.
Termina la sentencia detallando que sobre las 19:45 horas del 30 de mayo de 2017 el procesado se dirigió a una tercera farmacia de Albacete y dirigiéndose al mostrador “sacó un cuchillo de su manga y esgrimiéndolo hacia las empleadas les dijo ¡abridme la caja, abridme la caja!, ¡no me miréis, no me miréis!, ordenándoles que le dieran todo el dinero de la caja. Ante el temor infundido, la empleada se acercó a la caja registradora y entregó el dinero que había en su interior, unos 780 euros. Entonces les ordenó que se escondieran y no llamaran a nadie”, aprovechando para marcharse del lugar.
