/Nacho López/
Los viticultores de la zona de La Manchuela están sufriendo las consecuencias de la tardía entrada del verano y muchos de los viñedos de la variedad bobal, la autóctona de dicha comarca albaceteña, se están viendo afectados por la denominada marchitez fisiológica.
Es interesante señalar que la variedad bobal suele presentar unas anomalías fisiológicas vegetativas parecidas al daño sufrido por heladas, que se producen cuando se dan una serie de circunstancias tales como:
- Que la vid se encuentre en el estado fenológico H, o con los botones florares separados.
- Que haya habido una serie de días consecutivos (más de tres) con una temperatura media baja (de 2 a 5 º C).
- Que dichos días hayan sido nublados.
- Que la humedad ambiental sea alta (superior al 70%)
- Que la humedad del suelo también lo sea.
Generalmente esta alteración fisiológica se produce a finales de mayo y comienzo de junio y principalmente se da en las vides más vigorosas y dentro de estas, también en los brotes de mayor vigor.
Turno ahora para evaluar los daños producidos y para que los agricultores den parte por este hecho a su aseguradora agraria, quedando muy mermada la cosecha de esta variedad de uva autóctona en una comarca como La Manchuela cuyo carácter es eminentemente vinícola y del que dependen la mayoría de sus habitantes.
