/Javi Romero/
¡Menos mal!, seguramente ésta sea la expresión más repetida por los aficionados del Albacete Balompié desde que el colegiado indicara este sábado el final del partido en Tenerife. La afición blanca respiró tranquila tras unas semanas en las que el equipo iba cuesta abajo y sin frenos. De hecho el partido de ayer no fue apto para cardiacos con una segunda parte de infarto. Por cierto, del árbitro no nos podemos quejar y tampoco de los rivales del Almería y la Cultu. El próximo mes de septiembre el club debería preparar un buen ramo de flores para la tradicional ofrenda a la Virgen de los Llanos… se lo ha ganado con creces.
Un auténtico milagro es lo que ha sucedido esta temporada con el Albacete Balompié, ya que parece imposible que un equipo que ha encadenado una racha de 11 partidos sin ganar, en los que ha sumado 6 puntos de los últimos 33 posibles, haya podido mantener la categoría. El Albacete Balompié ha conseguido permanecer en Segunda, pero la euforia no debería distorsionarnos la realidad y hacernos olvidar la imprescindible tarea de acometer profundas reformas que requiere la plantilla.
Lo primero que debería hacer el Albacete Balompié es relevar a Enrique Martín, al que hay que agradecer su trabajo y la consecución del objetivo para el que fue contratado. El navarro ocupará siempre un lugar en el corazón de la afición blanca, pero tal y como he indicado desde hace semanas, no considero que sea el idóneo para capitanear el nuevo proyecto del Alba, que necesita un técnico acorde a la filosofía de Skyline, con ambición, capacidad de adaptación y que proponga un juego atractivo para la captación de nuevos socios y consecución de objetivos más ambiciosos.
En cuanto a la plantilla, no nos podemos engañar, hacen falta importantes fichajes e intentar seducir a jugadores clave para permanecer en la disciplina del Alba, como Dani Rodríguez, Tomeu y Zozulia. De la actual plantilla tan solo 5 ó 6 jugadores han mostrado cualidades para formar parte del nuevo proyecto, por lo que Nico Rodríguez deberá confeccionar un conjunto de garantías y para esto la propiedad del club tendrá que hacer un importante esfuerzo económico.
Con la tranquilidad de la permanencia y la ilusión de poder hacer un proyecto desde cero, el Albacete Balompié tiene ante sí el reto de ilusionar a la afición y poner la primera piedra para luchar a medio plazo con el sueño de la vuelta a Primera División, que es el que tiene Skyline desde que compró el club e invirtió una auténtica millonada para ponerse al día y liquidar deudas históricas.
Ahora llegan semanas de intenso trabajo para la directiva y una merecidas vacaciones para la afición, que ha demostrado una vez más estar muchas veces por encima de las circunstancias.
¡Aúpa Alba!
