/Sandra Manzanares/ Fotos: María Esperanza Panduro/
Daniela tiene siete años y hace uno era diagnosticada de celiaquía, la enfermedad crónica intestinal más frecuente en España que constituye una intolerancia permanente al gluten, por lo que las personas celíacas deben seguir una dieta alejada de esta proteína que se encuentra en muchos alimentos. Solo en la provincia de Albacete se registran 460 familias celíacas, aunque personas que padecen esta enfermedad son más, y en su mayoría, no lo saben.
Y es que, el 1% de la población es celíaca, aunque solo se diagnostica al 15% de los enfermos. Por ello, este lunes y con motivo del Día Nacional del Celíaco, que tuvo lugar el 27 de mayo, la Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha colocaba dos mesas informativas en Albacete para “dar visibilidad y luz al enfermo celíaco” y concienciar a la sociedad de la Enfermedad Celíaca, decía la vicepresidenta de la asociación, Cristina García, resaltando la importancia de que, además de los celíacos, el conjunto de las sociedad conozca que el gluten se encuentra en el trigo, cebada, centeno y triticale.
La ingestión de gluten en las personas celíacas produce una inflamación del tejido que recubre el intestino delgado que puede conducir a una atrofia de las vellosidades del mismo, produciendo una malabsorción de los nutrientes como proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y cereales; lo que a su vez puede provocar disminución del apetito, pérdida de peso, deposiciones malolientes y con alta cantidad de grasa, alteraciones del carácter o retraso de crecimiento en los niños.
Es una enfermedad que puede llegar a “estar controlada” siguiendo unas pautas alimenticias que excluyan de la dieta el trigo, la cebada y el centeno, además de sus derivados, basando la dieta en el consumo de alimentos naturales sin gluten como carnes, huevos, pescados, leche de vaca, legumbres o verduras. Las complicaciones surgen “más a nivel social” cuando el celíaco sale a comer fuera, ya que se encuentra con “muchas dificultades para seguir su dieta”, apunta García.
“Es complicado encontrar restaurantes que realmente lo lleven bien”, señala la madre de Daniela, Raquel Fraile, a lo que María José Sevilla, celíaca y madre de celíacos, indica que “la dieta es nuestra medicina”, recordando que este colectivo “no es que quiera comer sin gluten, es que lo necesita para su salud”. En este sentido, los pacientes resaltan, que si bien es cierto que muchos productos se encuentran en supermercados, y no es necesario pedirlos a través de internet, como ocurría hasta no hace mucho, “no se ha mejorado del todo en el precio de los productos, porque todavía a día de hoy son muy caros”, lamentan.
Cabe destacar que la cesta de la compra de estas personas se puede incrementar hasta 1.110 euros por enfermo en la familia, lo que puede desembocar en “problemas” en el núcleo familiar a la hora de ofrecer al enfermo una dieta sana. Dieta primordial para su salud y que comienza desde edades tempranas, en el caso de los diagnósticos precoces, facilitando así la “normalización” en la vida de los más pequeños. Como señalaba el subdirector médico GAI Albacete, Alberto Sansón, el diagnóstico “está más integrado dentro del diagnóstico diferencial de los facultativos”, añadiendo que hace unos años muchos pacientes llegaban a la edad adulta y no sabían que eran celíacos, mientras que “ahora es un diagnóstico que se busca” realizando pruebas cuando hay patologías digestivas y las causas “no son del todo claras”, por eso hay más celíacos que hace dos décadas.
“El paciente tiene muy claro que su alimentación es la que le está provocando posibles complicaciones, quien tiene que saberlo es la sociedad”, insisten, señalando la importancia de la higiene en los establecimientos hosteleros y la necesidad de informar de los ingredientes de cada plato en pos de una mayor integración social de los celíacos.