Piden más de cuatro años de cárcel a un acusado de humillar y vejar a su pareja de forma habitual

El Juzgado de lo Penal 2 de Albacete juzgará el próximo lunes, 14 de mayo, a un hombre acusado de un presunto delito de maltrato psíquico habitual, otro de vejaciones y otro de amenazas, por los que el Ministerio Fiscal pide para él una pena de 4 años y 3 meses de cárcel.

El escrito de acusación de la Fiscalía recoge que el acusado mantuvo con la víctima una relación sentimental durante dos años, con varias interrupciones en ese periodo.

Durante los primeros meses hubo buena convivencia pero los problemas, dice el escrito, aparecieron cuando la mujer consiguió un puesto de trabajo y comenzó a mantener conversaciones con sus compañeros a través de Whatsapp.

A partir de ahí, el procesado empezó a acusarla de serle infiel y empezó a someterla a un clima continuado de degradaciones y desprecios, así como ofensas e insultos, como decirle “puta, zorra, guarra, no vales para nada, eres una mierda”.

Eran constantes los malos tratos infringidos por el acusado a su compañera sentimental, y consistían en insultos, vejaciones, humillaciones y agresiones psíquicas, que sumieron a la mujer en un estado constante de miedo a más vejaciones y humillaciones por si no actuaba como el quería.

Entre los episodios que vivió, se encuentra una llamada telefónica del acusado insultándola y acusándola de mantener relaciones sexuales con todo el mundo. También le reprochó que se fuera ella a trabajar fuera diciéndole que no le quería y que por eso se separaba de él.

El acusado tenía una continua actitud de control sobre la mujer, con intención de “atentar contra la libertad, paz y tranquilidad de la misma”, y no le parecía bien, por ejemplo, que estuviera en el grupo de Whatsapp de la empresa, no le permitía salir con sus amigas, y le amenazaba con que, si lo hacía, la relación entre ellos terminaría.

Tampoco le dejaba consultar las redes sociales e iba habitualmente a recogerla en todos sus trabajos, para controlar así con quien hablaba y conocer sus horarios.

Durante la convivencia, si el acusado solicitaba a su pareja sentimental mantener relaciones sexuales y ésta se negaba, el procesado la acusaba de tener un amante o se enfadaba y tiraba cosas al suelo, lo que atemorizaba a la mujer.

Otro proceder frecuente del acusado consistía en que cuando discutía con ella, si ésta no quería irse a la habitación con él, la cogía de los brazos hasta que, contra su voluntad, se la llevaba, causándole, en más de una ocasión, hematomas.

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