‘La Fuga’ quiere mostrar en cine lo que puede suceder en Castilla-La Mancha si la ciudadanía permite que el ATC se instale a escasos kilómetros de sus hogares. Los productores invitan a todos los creadores a que incluyan en la película su versión epílogo de la evacuación.
Pese a ser la comunidad autónoma que va a albergar el ATC, en Castilla-La Mancha existe un enorme vacío de información sobre la peligrosidad que representa tener un cementerio nuclear cerca de casa. La Fuga es un proyecto cultural y colaborativo que pretende llenar ese hueco con imágenes cinematográficas. Al hilo de otras producciones futuristas como Black Mirror o House of Cards, este cortometraje quiere llevar a la gran pantalla la actualidad política y social de nuestra comunidad.
El film señala el contrasentido de la construcción de un silo radiactivo en una región que siempre se ha definido por su relación con el medio natural y la cultura. La amenaza de la instalación de un cementerio nuclear pone en cuestión este modelo socioeconómico y puede suponer un estigma que coloque en una situación de riesgo el medio de vida de cientos de castellano-manchegos.
La Fuga, de la que es impulsor el escritor y científico Eduardo Soto, es una producción que se nutre de jóvenes con ideas emergentes y que planea encontrarse en el camino también con grandes nombres del séptimo arte conscientes de que la amenaza nuclear implica severas consecuencias a nivel planetario.
Ahora hacen un llamamiento a todos aquellos castellano-manchegos amantes del cine que se quieran sumar y crear sus propios epílogos de la historia. Los realizadores podrán incluir en la película como se viviría en sus ciudades y pueblos una evacuación provocada por un accidente en la gestión de los residuos nucleares que albergará el ATC de Villar de Cañas (Cuenca).