El Juzgado de lo Penal Tres de Albacete ha condenado a un hombre de 74 años en el momento de cometer el delito, como autor de un delito relativo a la prostitución, con la agravante de reincidencia, a dos años y ocho meses de prisión y libertad vigilada durante tres años.
Según detalla la Sala en sus hechos probados sobre las 17:30 horas del 27 de septiembre de 2016 el procesado, condenado con anterioridad por un delito de abusos sexuales, coincidió en la parada del autobús en el Parque Abelardo Sánchez de Albacete con una chica de 16 años de edad y dos amigas de ésta. El procesado comenzó a hablar con las menores, principalmente con la joven denunciante a quien le dijo que tenía nietos y estaba buscando una chica para que “ayudara a su hija con los niños y así ganase un dinero”, interesada la joven le facilitó su teléfono móvil para concertar una cita con la hija.
Sigue relatando la sentencia que el condenado llamó a la joven por teléfono para concertar una cita a la que acudiría con su hija, quedando en una cafetería en Albacete el 29 de septiembre de 2016.
A la cita, la joven se presentó en la cafetería comprobando que el condenado había acudido solo y “a pesar de que la joven le había comentado que tenía 16 años”, el condenado comenzó a derivar la conversación a temas sexuales diciéndole que “si quería el trabajo, por el que podría llegar a ganar 300 euros al mes según las horas que acordaran, tenía que tener una relación de confianza y que esa relación implicaba que tenía “derecho a roce” de forma que pudiera tocarle a ella y la menor tocarle a él cuando se lo pidiera y que si le pedía un beso ella tenía que dárselo”. El condenado le preguntó si tenía novio, si había tenido relaciones, sobre sus gustos o preferencias sexuales, manifestándole que “a él le gustaba “morderlo” y que cuando más se dejase tocar y hacer, más dinero podría ganar. También le dijo que si llegaban a tener esa confianza ella podría pedirle cantidades de dinero y que si quería que hubiera penetración eso lo decidía ella, dándole a entender que no era imprescindible”.
La menor se marchó de la cafetería y les contó a sus amigas lo sucedido, y posteriormente a su madre, interponiendo esa misma tarde denuncia en comisaría.
