/Sandra Manzanares/
Más de la mitad de las jóvenes españolas de 15 a 29 años ha sufrido algún tipo de discriminación por ser mujer. 6 de cada 10 mujeres dejan a un lado sus perspectivas profesionales por dedicarse a sus familias e hijos. Más de 200 millones de mujeres en todo el mundo han sido mutiladas genitalmente. La mujer, “por el mero hecho de serlo”, cobra un 30% menos que los hombres desempeñando el mismo trabajo. Estas son solo algunas de las cifras de la desigualdad entre mujeres y hombres que todavía, en pleno siglo XXI, se lucha por dejar a cero.
Para luchar por algo, hay que estar convencido de ello y reconocer que existe un conflicto. La discriminación es un estigma que las mujeres llevan en su piel desde hace siglos y que se refleja en los libros de historia a modo de ausencia femenina. “La mujer ha quedado relegada al ámbito de los cuidados del hogar, de los menores y de nuestros mayores”, dice la directora del Instituto de la Mujer en Albacete, Mercedes Márquez, y aunque reconoce que “hemos avanzado en igualdad legislativa”, lamenta que todavía no se haya conseguido la igualdad real.
Igualdad por la que se comenzó a trabajar la Revolución Francesa, cuando las mujeres reivindicaban el acceso a los estudios, su poder de decisión o el divorcio. Actualmente, señala Márquez, “se reivindica la igualdad real, una sociedad libre de violencias machistas y la supresión de la brecha salarial”. Todo ello impulsado por un movimiento feminista que “no se puede parar” y que inundará las calles este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
El pilar educacional
“Todavía queda mucho trabajo por hacer”, decía Márquez a El Digital de Albacete, apuntando la necesidad de implantar una asignatura sobre ‘Educación para la Igualdad, la Tolerancia y la Diversidad’, que ya se está desarrollando de forma experimental en centros educativos de toda la región, tres de ellos, en nuestra provincia. Y es que, “es necesario educar los menores en la prevención de violencia de género”, algo que se hará como medida complementaria a las charlas y talleres que el Gobierno Castilla-La Mancha realizan en los centros educativos.
Actividades que abordan la incorporación de las denominadas nuevas masculinidades a la sociedad, educando a hombres y mujeres libres de machismo, que dejen a un lado los roles patriarcales y se acerquen a la igualdad efectiva, lo que está relacionado con “romper los mitos del amor romántico que desencadenan en violencia”, explicaba la directora del Instituto de la Mujer. Una de estas formas de violencia es la justificación de los celos por parte del agresor, que relaciona dicho comportamiento con “su forma de querer”, detalla Márquez, añadiendo que se “confunde” el ideal del amor romántico con el maltrato al que las mujeres son sometidas, pues desde pequeñas, “se les ha inculcado que esa es la manera de algunos hombres de ver el amor”, remarcaba.
La mujer en la empresa
Percepción errónea “fruto del machismo que hay que erradicar” y que afecta al ámbito personal y también al profesional, ya que, “las mujeres cobran menos que los hombres, y además, no pueden hacer horas extraordinarias porque tienen doble y triple jornada fuera del ámbito laboral”, expresa Márquez, quien recuerda que las mujeres “son las que más acogen la conciliación”, y por esa regla de tres, “los únicos que avanzan en el ámbito laboral son los hombres”, lamenta, reivindicando “la corresponsabilidad en el uso del tiempo libre para que las mujeres puedan romper el techo de cristal” que las limita.
Promover por ley la presencia de mujeres en puestos directivos de empresas o sancionar a empresas que pagan menos a mujeres por el mismo trabajo, son algunas de las medidas destinadas a promover la igualdad que implantarían los jóvenes y que quedan recogidas en el Barómetro Juventud y Género 2017 elaborado por el Centro Reina Sofía. A día de hoy, en nuestra región existen convenios con empresas para una sociedad libre de violencias machistas, detalla Márquez, apuntando que ésta es también una cuestión de hombres, “que tienen que renunciar a sus privilegios para que las mujeres puedan ocupar los espacios que legítimamente les corresponden”, destaca.
“Diversas e iguales. Las mujeres mueven el mundo” es el lema elegido por el Instituto de la Mujer este 8 de marzo, con el que además de luchar por los derechos de las mujeres, se pretende visibilizar la diversidad de las mismas, para lo que el Gobierno Regional plantea centrar las políticas rurales con perspectiva de género con el objetivo de que las mujeres “tengan los mismos servicios y oportunidades que las personas que viven en núcleos urbanos, centrándonos sobre todo en el empleo”, señalaba Mercedes Márquez,.
Mutilación genital
Como decíamos, la mutilación genital afecta a más de 200 millones de mujeres en todo el mundo, constituyendo una grave violación de los Derechos Humanos. Según un estudio de la Universidad Alcalá de Henares, en Albacete 221 mujeres y 75 niñas se encuentran en riesgo de sufrir este tipo de práctica, ya que provienen de poblaciones en las que se realiza la ablación.
De hecho, en los países africanos, la mutilación genital femenina está a la orden del día, siendo una forma de violencia de género empleada por las propias mujeres y hacia las mujeres que son mutiladas para que “se puedan casar bien”. Costumbres arraigadas que desprecian a la mujer, que es rechazada por los miembros de su propia familia si no está mutilada, quienes llegan a prohibirle tocar la comida, porque la mujer no mutilada es “sucia”. Situaciones normalizadas que se tratan de prevenir en nuestra sociedad a través de un protocolo de detección y prevención con el que evitar que en los viajes a sus países de origen, estas mujeres puedan ser mutiladas.
Limitaciones en el placer sexual, en la conciliación laboral y familiar y en el ámbito de la pareja reflejan que “queda mucho por hacer”, resumía la directora del Instituto de la mujer, concluyendo que es “necesario concienciar sobre la igualdad real que aun no tenemos y actuar para erradicar las desigualdades”, algo, que es cosa de todos.
