/Sandra Manzanares/Foto: María Guerrero/
Cacerolas, pitos y cánticos preguntando dónde está el nuevo edificio para el Conservatorio Superior de Música llenaban las calles de Albacete. Así se manifestaban decenas de estudiantes de esta especialidad pidiendo “soluciones reales” a la situación que viven en el centro.
Falta de espacio, sistemas de informática “ineficaces”, la implantación del Suplemento Europeo al Título o el avance de la Joven Orquesta de Castilla-La Mancha son algunas de las demandas que los alumnos reivindicaban este lunes en la concentración que partía desde el Conservatorio de Música hasta la Plaza Mayor recorriendo el centro de la ciudad.
La principal reivindicación de estos estudiantes es la creación de un edificio propio para cursar sus enseñanzas pues el Conservatorio Superior de Música “comparte” espacio con el Conservatorio Profesional Tomás de Torrejón y Velasco. Demandas que se remontan cinco años atrás, cuando el Conservatorio Superior abriera sus puertas con 85 alumnos entre sus filas.
De manera provisional, nos explica el presidente de la Asociación de Estudiantes del Conservatorio Superior de Castilla-La Mancha, José Pedro Mecinas, ambas enseñanzas se aglutinaron en el mismo edificio, que ahora alberga a alumnos de ambas especialidades. Cabe destacar que actualmente, el número de estudiantes del Conservatorio Superior asciende a 180 alumnos, cinco veces más que en su primer año, por lo que “necesitan urgentemente un edificio”, aseveraba Mecinas.
“Este tipo de carrera requiere muchas horas de práctica”, decían los estudiantes, señalando que la infraestructura actual se les “queda pequeña”, pues no tienen espacio para estudiar, destacando a modo de ejemplo que el aula de percusión es “totalmente insuficiente” tanto para las clases como para el estudio. Además, el material es escaso, y los pianos se exponen a un sobreuso con el consiguiente deterioro que perjudica a alumnos y profesores de ambos centros, señalaba la alumna Marina Segura.
Según señalaban los estudiantes, el consejero de Educación, Ángel Felpeto, “se comprometió” a mostrarles los planos del nuevo edificio durante el pasado mes de enero, circunstancia que no ha ocurrido, además, “todavía ni se han licitado las obras correspondientes”, incidían. Como recordaban, el horizonte para la creación del nuevo edificio, que estaría ubicado junto a la UNED, se fijaría en el curso 2019-2020, pero “pasa el tiempo y no nos han presentado el proyecto y cada vez lo vemos más lejos”, decía Mecinas. Situación que también afecta a alumnos del grado profesional o al personal del centro, reflejaban.
Además, los estudiantes indicaban que desde 2015, cuando se produjera un “único” encuentro de la Joven Orquesta de Castilla-La Mancha, no se ha vuelto a reunir, por lo que solicitan que la agrupación “tenga continuidad” y modifique su reglamento, ya que el actual “deja fuera a la mitad del Conservatorio” con la admisión únicamente de los alumnos de los cursos 1º y 2º de superior, cuando “debería ser de todos, pues una orquesta joven debe englobar a los jóvenes sean del curso que sean”, remarcaban.
Otra de las reivindicaciones era la creación del Suplemento Europeo al Título, documento que favorece y facilita el reconocimiento académico y profesional dentro de la Unión Europea. Algunas Comunidades Autónomas están en proceso para que sus alumnos puedan obtenerlo, en nuestra región, sin embargo, “no hay constancia de que se esté llevando a cabo”, decían desde la Asociación de Estudiantes.
Finalmente, los alumnos se quejaban del sistema informático que la Conserjería de Educación “obliga” a utilizar para la administración informática del centro, el sistema Delphos, que es “ineficaz para realizar las tareas más básicas” como elaborar una lista de clase o expedir un certificado académico. Tampoco permite otorgar matrículas de honor a los alumnos que lo merezcan, lamentaban, por lo que “exigen un sistema informático que no sea un obstáculo para el desarrollo de la formación académica”.
Reivindicaciones que, como incidían, ya han sido trasladadas a los órganos competentes, a quienes les “toca mover ficha”, eso sí, antes de que los alumnos acaben su formación y puedan disfrutar de mejores condiciones.
