¿Se puede tener miedo a la Navidad?

 Aunque para la gran mayoría la Navidad es una de las mejores épocas del año, junto con las vacaciones de verano, para un reducido grupo de personas este periodo es incómodo, angustioso; no les gusta en definitiva, y prefieren que pase cuanto antes. El caso es que sí que se puede tener miedo a la Navidad pero ojo, también se puede superar.

   “A la Navidad la rodean distintas marcas como la felicidad, la reunión o el consumo, elementos a los que determinadas personas no pueden acceder, bien porque no tienen dinero, bien porque no tienen familia, o porque presentan circunstancias vitales negativas, como la pobreza o la desestructuración, o la pérdida de un ser querido; hechos que hacen imposible su acceso a las marcas navideñas. Por ello hay un porcentaje que vive la Navidad como algo malo, costoso, porque creen que no pueden cumplir esas marcas culturales”, explica en una entrevista con Infosalus, el profesor del departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), José Ángel Medina Marina.

   Por ejemplo, dice que se trata de un tiempo para reunirse con la familia, con los amigos, incluso con las personas del trabajo se aprovecha este periodo para juntarse, independientemente de que el plan nos aburra o no, o de si su compañía es buena, mala, nos guste o no. “Cuando estructuralmente no tienes esa posibilidad, bien porque la relación con tu familia es escasa, bien porque ésta no es posible porque están lejos, por ejemplo, es más fácil relacionar la Navidad con un periodo malo”, señala.

   El también representante del Consejo General de la Psicología de España (COP) resalta a su vez que se trata de un periodo concreto en el tiempo, que tiene una marca tradicional, que viene de lejos, un origen religioso, un trasfondo cultural con mucho peso y que se lleva celebrando desde hace siglos.

   Asimismo, destaca que otra marca cultural que rodea a los días navideños es la del bienestar psicológico, consecuencia de los propios valores de la Navidad, de los buenos deseos que conlleva, de los propósitos de enmienda, y del amor y del cariño que le rodean, y que hacen que haya personas que son más felices en ella, o el hecho de que se piense que se va a ser más feliz en esta época del año.

EL CONSUMISMO

   Por otro lado, Medina remarca la elevación del consumo en estas fechas. “Tanto en cantidad, porque se consume más, se come y se compra más; como por calidad, ya que se comen o compran cosas más caras que en otras épocas del año no”, indica.

   El profesor de la UCM advierte igualmente de que otra “marca contracultural” sería la visión del consumismo que cierne sobre la Navidad, que puede llevar a algunas personas a rechazar esta época. “Hay personas que quieren mantenerse alternativas al poder económico del mercado, y por ello se pueden sentir en contra de la Navidad. Las superficies comerciales se aprovechan de esta época para anunciarse más y fomentar el consumo. Así, para algunos se convierte esta etapa en un blanco, no porque la odien, sino porque están en contra a la cultura navideña de consumo”, aclara Medina.

   Asimismo, subraya que hay otro elemento relacionado con ese posible miedo a la Navidad, el hecho de que cada vez sea más difícil juntarse con nuestros seres más queridos por la propia logística de las ciudades, o simplemente por nuestro ritmo de vida. En su opinión, esto puede ocasionar que, para una vez que te reúnes con esas personas, quieres que todo salga bien, sea en un ambiente idílico, donde la cena esté buena, o el encuentro sea divertido.

   “Te la juegas en pocos encuentros y estos tienen la posibilidad de salir mal, como cualquier encuentro social, además están muy comercializados, se mira lo que yo le he regalado a mi sobrina en comparación a lo que sus padres han regalado a mi hijo, o el hecho de que las gambas que han comprado son malas. La vulnerabilidad de la Navidad es muy alta. Sin embargo, también hay personas que en Navidad son felices, y no hay forma de que sufran”, celebra el colaborador del COP.

   Igualmente, el experto llama la atención sobre la soledad y su poder para alejarnos o distanciarnos de la felicidad en esta época. Aquí distingue la soledad elegida, aquellas personas que prefieren hacer un viaje y alejarse voluntariamente en estos días de sus seres más queridos, o bien la soledad abocada. “Está producida por factores socioeconómicos o por factores estructurales, cada vez hay redes sociales más pequeñas y débiles, y si falla alguien, como tu pareja cuando los hijos son mayores, estás abocado a una soledad que no has elegido”, precisa.

   Medina sostiene también que la idea impulsada por la publicidad de que la vida es siempre maravillosa, cuando no siempre lo es, también puede perjudicar o agravar ese miedo a la Navidad. “La vida generalmente es aburrida, tiene pocos estímulos, no siempre es maravillosa, y somos nosotros los que tenemos que buscar esos estímulos, intentar hacerla maravillosa”, añade.

CONSEJOS PARA SUPERAR ESE MIEDO

   Así con todo, el psicólogo recomienda por un lado enfocar la Navidad como una oportunidad y no como una obligación, donde estar con personas a las que no sueles ver con frecuencia, un tiempo donde recuperar las relaciones, salir a la calle, escribir o leer cosas bonitas. “Si vives la Navidad como una oportunidad será más fácil que percibas sus beneficios”, alerta.

   Por otro lado, el profesor de Psicología ve conveniente no aceptar la Navidad en su conjunto, sino escoger aquello que nos guste de esta época. “No nos tiene por qué gustar toda la Navidad. O todo o nada. Hay que elegir aquello que más nos gusta y aporta e intentar aprovecharlo”, recalca.

    Finalmente, Medina reconoce que estos días pueden ser muy difíciles para muchas personas que hayan perdido a un ser querido. “Hay que aprender a vivir esta época sin esa persona, a afrontarlo. Pero se le puede dar la vuelta e identificar por ejemplo la Navidad como la época del año donde más te acuerdas de esa persona que has perdido y en ella rememoras por ejemplo cuáles eran sus platos favoritos, o la música que más le gustaba, como una forma de acordarte de esa persona y de honrarle”, sentencia.

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