/Hugo Piña/
El equipo manchego caía derrotado en la tarde del domingo ante el Cádiz, ocho jornadas después y diciendo adiós a la positiva dinámica de resultados que había hecho salir, solvencia mediante, al equipo de la zona de descenso a Segunda B.
Desde que se cayese derrotado en Pamplona (allá por el mes de octubre) y hasta el mes de diciembre en Cádiz, los de Martín Monreal habían optimizado al máximo unos guarismos que parecían ir a más tras la enjundia de los rivales a los que se ha enfrentado el cuadro manchego. Rayo, Huesca o Sporting no pudieron con la intensidad albacetista y otros como Almería, Sevilla o Lorca directamente sucumbieron.
Sin embargo, en Cádiz al que le tocó sucumbir fue a un Albacete que demostró madurez defensiva, ingenio creativo pero un más que profundo problema ofensivo cada vez que no está Roman Zozulia. No obstante, no sabemos si la presencia del ucraniano hubiera dado al traste como un idéntico resultado, aunque lo que sí está claro es que el Albacete ayer caía derrotado y veía cercenada su positiva dinámica de seis partidos sin conocer la derrota.
A la séptima fue la vencida y el Alba volvió a igualar el último gran registro de resultados positivos, momento en que Luis César Sampedro fuera entrenador de la entidad manchega en la 2014/15, que tuvo entre las jornadas 25 y 33 la última dinámica brillante de los albacetistas en la categoría de plata del fútbol español. Otra vez a la séptima jornada consecutiva y otra vez en el octavo partidos, el Albacete Balompié encontró su ‘tope’. En Leganés fue en 2015 y en Cádiz ayer.
