A pesar de que nuestro país es uno de los más generosos en el pago de prestaciones por jubilación, pues el valor inicial medio de estas es del 82% del último salario medio, cuando en otros países de nuestro entorno, ésta oscila entre el 40% y el 60% del mismo, hay indicadores patentes que demuestran que estos días están llegando a su fin.
La inversión de las pirámides generacionales, debido al aumento de las expectativas de vida y a la baja tasa de nacimientos, y por supuesto, al bajo ritmo de incremento de trabajadores que aumenten las aportaciones al arca de la pensiones de la seguridad social, hacen que el actual sistema público de pensiones necesite una revisión en profundidad.
Cada vez son más los extrabajadores que se incorporan al cobro de sus pensiones, y que además, lo harán por más tiempo, dada la calidad de vida alcanzada a esa edad. Esta reforma, por parte del Estado, solo admite dos caminos que además, seguramente, deberán ser complementarios, garantizando de este modo la continuidad del sistema:
– Aumentar las retenciones de la Seguridad Social orientadas a este fin.
– Disminución paulatina de las prestaciones de Jubilación, hasta alcanzar la tasa de sustitución(*) de los países de nuestro entorno.
En cualquiera de los dos casos, a nivel personal, se hace imprescindible que a partir de una determinada edad adulta, 32/35 años, comencemos a establecer una base de ahorro que nos permita, una vez llegado el momento de nuestra jubilación, mantener una calidad de vida y que sirva de complemento a la parte principal de esta partida, que seguirá siendo la correspondiente al sistema público de pensiones. Para ello es importante contar con un asesoramiento especializado, que nos aconseje sobre un sistema de previsión realista y acorde a nuestras capacidades. Los Planes de Pensiones cobran aún más importancia en el caso de los trabajadores autónomos.
En entidades como Globalcaja existe personal experto para asesorarle a tomar la mejor decisión para su futuro.
