Una operación contra la venta de droga en Albacete termina con once personas condenadas a penas de cárcel

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete ha condenado, tras conformidad entre las partes, a once personas por nueve delitos contra la salud pública de sustancia que causa grave daño a la salud.

Así, la Sala ha condenado a 3 años y un día de prisión y multa de 60.000 euros a uno de los condenados; 1 año y 11 meses de cárcel a otra de las condenadas; 3 años y 2 meses de prisión y multa de 8.000 euros a una de las dos parejas sentimentales condenadas; 3 años y día de cárcel y multa de 6.000 euros a un quinto condenado; 3 años y 1 día de prisión y multa de 2.000 euros a una sexta condenada; 1 año y 11 meses de cárcel y multa de 2.000 euros a un séptimo condenado; 1 año y 11 meses de prisión y multa de 6.000 euros a la segunda pareja condenada; 4 años, 6 meses y 1 día de prisión y multa de 112.218,60 euros a un décimo condenado; y por último 3 años y 2 meses de prisión y multa de  60.000 euros a el onceavo condenado. Del mismo modo la Sala ha estimado el comiso de la sustancia intervenida a los condenados.

Hechos probados

La sentencia de la Sala, a la que ha tenido acceso El Digital de Albacete, detalla en sus hechos probados que el 2 de abril de 2015, cuando agentes de la Guardia Civil que se encontraban prestando servicio en Mahora, “descubrieron un paquete que contenía cocaína y que uno de los investigados en esta causa tuvo que esconder precipitadamente para no ser descubierto en ese momento”. Así, explica la sentencia de la Sala “empezó la operación policial desarrollada para investigar la presunta autoría de la tenencia de esta sustancia así como la existencia de otros hechos relacionados con esa posesión y las posibles ramificaciones de todos ellos”.

El equipo de delincuencia organizada y antidrogas (EDOA) inició una investigación que “fue bautizada con el nombre de ‘OPERACIÓN CANDY“.

Continúa detallando la Sala que “los entonces acusados, contactaban telefónicamente tanto con los proveedores de las sustancias y con los clientes consumidores para concertar sus citas o transmitir información”, utilizando para ello “una convenida terminología” en la que “evitaban en todo momento decir el nombre de las sustancias estupefacientes que querían adquirir, así como el lugar donde quedaban para realizar la transacción de la droga por el dinero”.

Sigue relatando la sentencia de la Sala que “los entonces acusados trapicheaban con la droga en distintos lugares de la provincia de Albacete: unas veces en su propio domicilio; otra se encontraban en el portal del edificio donde residían, al que bajaba el acusado actuante; en otras ocasiones en las viviendas de los adquirentes de la droga hasta donde se desplazaban los acusados a veces se veían en algunos establecimientos hosteleros o locutorios; y no faltaban los encuentros dentro de los vehículos bien de los clientes, bien de los acusados en los que respectivamente montaban los acusados o los clientes para intercambiar la droga y el dinero durante un breve trayecto y apearse después en el mismo sitio donde se había subido al automóvil. También se encontraban en la vía pública”.

Y así, “tras el contacto y durante la cita”, los entonces acusados, dicta la Sala “trapicheaban con la droga. Durante el tiempo que duró la investigación policial (desde abril hasta noviembre de 2015) los acusados menudearon los intercambios en demasía”.

“Los entonces acusados tenían que hablar entre sí o contactar con personas desconocidas para poder adquirir la droga con la que posteriormente comerciarían al menudeo”, indica la sentencia de la Sala que “tales negociaciones determinaban, a veces, que los acusados tuvieran que desplazarse fuera de la provincia de Albacete para encontrar proveedores”, de Alicante y localidades valencianas.

Sigue relatando la sentencia de la Sala que “para poder realizar su actividad, los acusados necesitaban tener disponible la droga”, así en Mahora “sobre las 17:30 horas del 2 de abril de 2015, agentes del puesto de la Guardia Civil de Villamalea y de Fuentealbilla, observaron un coche que se dirigía hacia Albacete, y que conducía uno de los acusados cuando había hecho un brusco adelantamiento”. Los agentes decidieron dar una batida por el pueblo examinando el trayecto que había recorrido el acusado y de esta forma encontraron “una bolsa de plástico, escondida precipitadamente por el acusado entre la hojarasca del lugar, con 594’74 gramos de cocaína”.

El jueves 30 de julio de 2015, otros dos acusados viajaban en un automóvil desde Barbate (Cádiz) hasta Albacete y en la autovía A-43 “fueron descubiertos por agentes de la Guardia Civil cuando llevaban ocultadas en un doble fondo de los bajos de la parte trasera de coche, las sustancias que  transportaban: 957’11 gramos de resina de cannabis, otros 4’75 gramos de resina de cannabis, O’51 gramos de cannabis, así como una báscula de precisión, entre otros utensilios además de una porción de hachís con un peso bruto de 4’5 gramos”.

Durante la madrugada del 26 de octubre de 2015, agentes de la Guardia Civil “entraron y registraron en varias viviendas” de los entonces acusados “donde encontraron diferente material y droga”.

 

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