El horno crematorio del Cementerio de Albacete contará con un medidor de emisiones

/Llanos Esmeralda García/

El proceso de incineración, un rito que se realiza en la ciudad de Albacete en uno de cada tres fallecidos, está regulado a nivel nacional fijando los límites de emisiones de los hornos crematorios, la periodicidad de los controles de emisiones así como las características de los féretros que se pueden utilizar en la incineración.

Precisamente la concejal de Cementerios en el Ayuntamiento de Albacete, Llanos Navarro, anunciaba la instalación a primeros de este mes de noviembre de un “sistema que controle los gases que se liberen a la atmósfera, produciendo menos contaminantes en el horno crematorio de Albacete”. Así ha detallado además la concejal a El Digital de Albacete que “durante dos días no funcionará el horno crematorio para que puedan instalar una pieza” insistiendo en que si surge la necesidad de que algún fallecido se tenga que incinerar en dichos días “se disponen de los medios necesarios hasta que el horno se ponga en marcha de nuevo”.

Explica el gerente de Mortualba, empresa concesionaria del Tanatorio y Unidad de Cremación de Albacete, Julio Jiménez que “en las cámaras de poscombustión del horno crematorio se instalarán unos controladores para que las emisiones de los humos y de los gases salgan a la atmósfera más quemados”, asegurando que la finalidad de la incineración no se altera “ni hay perjuicios en la cremación del cadáver”.

Insiste Navarro que aunque los valores del horno crematorio “están dentro de la normalidad, ya que se realizan comprobaciones”, instalando dicho medidor “los índices estarían más bajos todavía”. Se trata, asegura Navarro de tener “un horno menos contaminante” ya que actualmente se puede incinerar hasta dos cuerpos a la vez sin que se mezclen las cenizas e incluso de media se dan dos cremaciones diarias.

En virtud del Real Decreto 100/2011, la incineración de cadáveres humanos o restos de exhumación está clasificada en el catálogo de actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera y por lo tanto, sometida a la autorización administrativa del departamento de Medio Ambiente de acuerdo a lo establecido en el artículo 13.2 de la Ley 34/2007 sobre calidad del área y protección de la atmósfera.

Así, los hornos crematorios de toda España están regulados para que los gases contaminantes que generen sean mínimos por ello se establece que sean eliminados de los féretros las lacas, el plástico o el PVC con el que se elaboran algunos sudarios “con el fin de contribuir con el medioambiente” remarca Jiménez “para que los féretros sean ecológicos, con barnices al agua, sin disolventes o se utilicen maderas más naturales”.

Lo necesario además es que los hornos cuenten con las mejores tecnologías, así como influye el tiempo que dura la cremación y la temperatura a la que se eliminan los gases “la cual debe ser la adecuada para evitar la multiplicación de contaminantes, una temperatura que llega a los 800ºC”, determina Jiménez.

Funerarias

En cuanto a esta normativa que afecta también a las funerarias, asegura Jiménez que “ya la están aplicando, e incluso los fabricantes ya lo sabían con antelación”, adaptándose a las nuevas necesidades. “Las fábricas han cambiado las formas de producir aunque los féretros siguen teniendo la misma calidad, e incluso certifican que el féretro es ecológico”, concluye.

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