/Nacho López/
Pablo García es un ingeniero informático dedicado a la docencia en el Colegio San Francisco Coll de nuestra capital que aplica de manera pionera la impresión en tres dimensiones no solo en sus clases de tecnología, sino que además, el modelo educativo que ha creado sirve para que los alumnos de dicho colegio complementen su formación en física, historia del arte o en cualquier otra asignatura impartida en el centro educativo.
Pablo está punto de cumplir 20 años dedicado a la enseñanza y cuando hace aproximadamente un lustro conoció a fondo las impresoras 3D tuvo claro que “nos podían ayudar mucho en la educación de los alumnos”, manifiesta al micrófono de El Digital de Albacete.
Al frente de asignaturas como informática o tecnología, obviamente, Pablo García empezó enseguida “a sacarles partido a las impresoras 3D”, pero decidió ir un paso más allá y propuso en el colegio una idea que pronto convenció a sus superiores y que a día de hoy está dando unos “buenísimos resultados”, como así expresa el docente.
El modelo educativo que Pablo García propone desde hace tres cursos es utilizar este tipo de impresoras en cualquier asignatura impartida en el colegio porque para este albaceteño, “el aprendizaje se basa en las emociones, en lo que te gusta, en lo que te llama la atención… y eso es algo que nos aportan las impresoras 3D”. Por eso y poniendo ejemplos, los alumnos del Colegio San Frascico Coll de Albacete “imprimen capiteles de columnas para diferenciar mucho mejor si son dóricos, jónicos o corintios, imprimen modelos atómicos o imprimen mapas para visualizar mejor los conceptos en geografía”, siendo estas solo algunas muestras de los proyectos desarrollados por los alumnos en tres dimensiones.
“Lo que se aprende ‘jugando’ siempre se aprende mejor”, asegura Pablo García al mismo tiempo que manifiesta que han observado cómo los alumnos “fijan mucho mejor los conocimientos adquiridos en cualquier asignatura” con el uso de la impresión en tres dimensiones. Por ello, en el centro educativo están “muy contentos de cómo está funcionado ésta aplicación de la tecnología en la enseñanza” y no han tenido ninguna duda a la hora de “apostar por este tipo de enseñanza y por las impresoras 3D”, disponiendo a día de hoy de cuatro impresoras de este tipo en el centro.
Como no podía ser de otra manera, “los alumnos están encantados”, manifiesta un Pablo García que reconoce que este tipo de enseñanza “despierta muchísimo la curiosidad a nivel técnico y científico” ya que lo primero que hacen los alumnos es “aprender a diseñar en 3D”. Una vez dominados los conceptos del diseño, es entonces cuando se pueden “aplicar en las impresiones que los alumnos necesiten realizar de cualquier asignatura”. Como curiosidad, Pablo nos cuenta que la primera figura que los alumnos imprimen en 3D una vez que ya saben diseñar es un llavero con su nombre del que, “todos quedan muy orgullosos”.
“Pioneros en Albacete y Castilla-La Mancha” con este modelo educativo tan relacionado con la impresión en 3D como así relata Pablo García a nuestro micrófono, en el Colegio San Francisco Coll continuarán apostando por esta tecnología porque “la impresión en 3D es el futuro, no solo en el ámbito educativo, sino en todos los campos de la vida”, asevera García al reconocer que “tardamos muy poco en tener un modelo físico y tangible de un proyecto”.
Esta manera de educar no está recibiendo únicamente las alabanzas del entorno del propio colegio albaceteño, sino que este viernes ha sido reconocida por la comunidad educativa nacional en SIMO Madrid EDUCACIÓN al haber sido elegida entre más de 300 propuestas, para ser mostrada a todos los docentes asistentes a tan importante evento relacionado con la enseñanza. En boca de Pablo García, “es una oportunidad sensacional la que hemos podido disfrutar este viernes” ya que en SIMO Madrid EDUCACIÓN, “se muestran experiencias y tecnologías innovadoras en materia de educación que se aplican en toda España y fuimos seleccionados para mostrar la nuestra”.
Pablo García, un educador de otra dimensión.