Javi Paredes, en el Albacete recobró la ilusión tras llegar “mentalmente casi muerto” y ahora cuelga las botas

/Hugo Piña/

A sus 35 años, Javi Paredes ha decidido retirarse del fútbol y desde ‘El Digital de Albacete’ hemos querido charlar largo y tendido con él para conocer a aquel niño que comenzó jugando de portero y con el que se reencontró cuando llegó al Carlos Belmonte.

“He perdido la cuenta de los años que he estado jugando a este deporte en la élite”, decía un Javier Paredes que el pasado fin de semana anunciaba de manera oficiosa que colgaba las botas. Lo hace tras una dilatada carrera que comenzó en Oviedo y que concluye en Zaragoza, pasando por Madrid, Getafe y Albacete, última parada ésta de un profesional que “ha vivido muy rápido los éxitos pero que los fracasos me han durado y sobre todo, penalizado mucho”. Un tipo, Paredes Arango que ha jugado casi en todas las posiciones del campo y que ha vivido situaciones de casi todos los colores. Varios descensos se marcan en su trayectoria profesional con la oportunidad que tuvo de ser llamada por la Selección Nacional. Sin embargo no duró para siempre y al igual que los descensos se pudieron revertir, la llamada de la ‘roja’ se disipó prontamente.

Futbolista que siempre ha antepuesto su preparación profesional a su dilatada carrera como jugador. Estudió derecho y nunca se dejó amedrentar por la fama o el dinero. “Cuando las cosas van bien te tratan como a un Dios y cuando no, como a un Judas”, reflexionaba un tipo que ahora, tras más de catorce años en la élite ha decidido colgar unas botas que comenzaron siendo de portero. Y es que Javi Paredes dio sus primeros pasos como cancerbero, dándose cuenta de manera rápida en Oviedo que lo suyo era la defensa. Desde entonces, Paredes ha ido demostrando pero sobre todo madurando a un tipo que allá por donde ha ido ha dejado una huella imborrable.

En Albacete no fue menos, y en un primer año y con una primera etapa poco más que desastrosa, donde incluso maduraba la idea de marcharse, consiguió demostrar la capacidad que un futbolista de su talla parece va innata en él. Capitán del Alba y sobre todo del que dice fue su mejor entrenador tras años y años en el balompié, un Luis César Sampedro, que le marcó y con quien jugó un fútbol atractivo que le motivó en todo momento a seguir demostrando que alguien en Zaragoza se equivocó con él. Lo quisieron ‘jubilar’ e incluso hoy día sigue manteniendo que “si algún equipo del fútbol profesional me llamase y que tuviera opción de disfrutar volvería a jugar”.

El Digital de Albacete: ¿Cuáles fueron tus inicios, tu desarrollo y tu final como deportista de élite?

Javier Paredes: Mis inicios son en la calle y luego en el equipo de mi colegio. Empecé jugando fútbol sala en lo que ahora sería benjamines, haciendo luego las pruebas de acceso al Real Oviedo. Me firmaron de portero en benjamín y a las pocas semanas ya me colocaron de jugador. Pasé desde el alevín B hasta el primer equipo. Cuando llego al primer equipo éste estaba en una situación difícil, acababan de descender a tercera por impagos y entonces es cuando surge la opción de irme al Real Madrid. Entendí que las posibilidades de poder entrar a ese club era a través de la cantera, me la jugué y pude llegar al primer equipo, luego eso me dio un nombre para que el Getafe apostase por mí. Allí estuve dos años totalmente opuestos, el primero no jugué nada y el segundo jugué todo. Alcancé el rendimiento máximo e incluso se habló de una llamada de la selección. De ahí pasé al Real Zaragoza, que es donde me consagré en la élite y donde estuve siete años muy difíciles. Además tuve una salida brusca y tuve una etapa de renacer, acabé bastante cansado del fútbol en Zaragoza y ya tenía la opción de parar. Pero entonces surgió la oportunidad del Albacete y la verdad, me vino muy bien. Me encontré en un sitio ideal para hacer lo que yo quería; estuve dos años muy contentos. Pude continuar en Segunda B pero quería intentar mantenerme en la élite. Y además me podía plantear decidir lo que quería. Acabé entrenando y luego jugando en Zaragoza con el Ebro, aportando algo a una categoría que es muy mejorable. Ahora oficializo pero era una cosa que ya la daba por hecho.

EDAB: ¿Por qué decides retirarte del fútbol?

Javier Paredes: La suerte que tengo es que siento que físicamente estoy para jugar a nivel profesional, además tengo ganas. Mi último año en Albacete vi que quería seguir ligado al fútbol profesional, me vi con fuerzas para demostrar y sobre todo para seguir sacrificando lo que he tenido que hacer en los últimos años como los fines de semana o quitarles horas a la familia. En el futbol profesional por clubes, estadios y repercusión al fin y al cabo, tienes que intentar aguantar lo máximo posible. Luego las ofertas y conforme van pasando los años, todo se complica. Ahora me apetece vivir la vida y sobre todo disfrutar de mis hijos. Me apetece mucho irme a esquiar con ellos, es una cosa que llevamos intentándolo hacer desde hace veinte años. Lo que el fútbol me da ya no se iguala a lo que me da mi familia. La decisión de retirarme es algo madurado, mentado y aunque físicamente me encuentro bien, si algún equipo del fútbol profesional me llamase y que tuviera opción de disfrutar volvería a jugar, tengo que tomar esta decisión. Pero lo cierto es que al bicho que uno lleva dentro, hay gente que lo mata pero yo lo llevo ahí y está en mí todos los días pidiéndome guerra. Familiarmente es algo que ya no me compensa jugar por jugar, ahora puedo decidir y eso es lo que hago en este momento de mi vida.

EDAB: ¿Con qué te quedas de este deporte?

Javier Paredes: El fútbol marca los valores de las personas. Yo hacia mí mismo me preguntaba que, qué podía ofrecerle yo a la sociedad aparte de darle patadas a un balón, que ahora ya no valgo. El futbol me ha enseñado valores como trabajar en equipo, estar expuesto a una crítica diaria en la que se te exigen objetivos de manera diaria y todo lo que afrontas en la vida te ayuda. Cuando las cosas van bien te tratan como a un Dios y cuando no, como a un Judas. Hay que ser bastante estable para sobrevivir a ello todos los días. En el fútbol tienes que aprender a trasladar ciertos aspectos a gentes de nivel cultural, académico diferente que te ayuda a mucho. El fútbol aporta valores que a mí me gustaría que a mis hijos, les ayude en su vida. En cada equipo siempre encuentras personas que te marcan, que te ayudan a evolucionar y que las dejas en tu círculo de amistades. He vivido en cuatro ciudades que es algo que cuando tenía veinte años jugando en Oviedo no me imaginaba.

EDAB: ¿Cuál ha sido el momento más duro que el fútbol te ha dado?

Javier Paredes: He tenido muchos momentos crudos porque salvo los cracks del fútbol, que te da muchas cosas también te da muchos quebraderos. Soy una persona que ha vivido muy rápido los éxitos pero que los fracasos me han durado y sobre todo, penalizado mucho. El descenso del Oviedo, el equipo de mi ciudad me marcó muchísimo en su momento. Mi máxima aspiración en ese momento era jugar en primera con el Oviedo, soñaba con ello. En Zaragoza llegué con unas expectativas muy buenas, se hablaba de que podría ir a la Selección y ya podría catapultarme a un nivel internacional y al final nos pegamos un ‘leñazo’ y nos fuimos a Segunda División. Todos mis planes los tuve que resetear, fueron no uno sino veinticinco pasos hacia detrás. La salida de allí no fue la deseada y me marcó mucho también. Siento el descenso del Albacete porque no cuadraron las cosas. Ese año no se puede echar la culpa a nada que no sea a los jugadores. Igual que en Zaragoza fue un año convulso y no hubo química, en Albacete fallamos los jugadores. El proyecto era muy bueno, con una presidencia y dirección sensata que marcaba los objetivos. El entrenador Luis César creo que fue el mejor que tuve en mi carrera, pero al final no supimos cómo, nos caímos y no supimos frenarlo. Con el paso del tiempo lo vas viendo, y me fastidia porque era un proyecto ilusionante.

EDAB: Desgrana tu paso por el Albacete Balompié

Javier Paredes: Personalmente estaba en una situación complicada porque yo ya pensaba en otras cosas y el fútbol era una segunda opción. Me preguntaba a mí mismo que, qué motivación tenía para seguir. Y lo cierto es que tenía la motivación de demostrarle a la persona que en Zaragoza tuve problemas, se estaba confundiendo. La llegada a Albacete fue difícil, iba último clasificado, perdiendo en Huelva el día de antes 4-1 y cuando llegué al vestuario estaba el presidente dando una charla contundente. Me pregunté que qué hacía en Albacete. Fui a probar y hablé con mi padre e incluso le dije que ojalá me dijesen que no estaba bien físicamente y que no querían contar conmigo. Se lo dije el primer día. Sin embargo me gustó, me encontré un vestuario muy unido y me empecé a ilusionar. Los resultados fueron llegando y el equipo fue como un tiro. Disfruté el año y medio que estuve allí como no lo había disfrutado desde los últimos ocho años. La propuesta de Luis César me encantaba y viví un año y medio en el que yo tengo muchísimo más que agradecerle que él a mí. Mentalmente estaba casi muerto y le agradezco aquellos años. Ahora le echo en cara al Albacete que me cueste dejarlo, cuando hace cuatro años me hubiese ido a mi casa tranquilamente. Tuve la opción de seguir allí en Albacete, en Segunda B, pero no seguí porque supuse que la afición y el ambiente no iban a ser agradables. Con el tiempo pasado analizo situaciones y creo que lo perfecto personalmente, hubiese sido continuar un año más allí.

EDAB: ¿Qué planes tiene a partir de ahora Javi Paredes?

Javier Paredes: Tengo la suerte de que siempre he intentado prepararme. Y siempre aconsejo a todos los jugadores que se vayan planificando su etapa. Ahora intento buscar mi sitio fuera del fútbol, intentar meterme en algún tipo de cargo que estuviera relacionado con el deporte bien abogado, como director deportivo, bien como agente. También estamos luchando con el asunto de la Federación y donde esperamos que pronto haya noticias. Estoy intentando tocar todos los palos posibles, quiero ver qué hay dentro del fútbol y donde puedo encajar para encontrar la misma motivación que cuando era jugador. Aun me cuesta decir que soy exjugador. Si no encuentro nada, me tocará dedicarme a la abogacía que es lo que estudié o me haré jugador de golf profesional, pero siempre dedicándome en lo que más feliz me haga.

 

Nacho Lopez

Nacido en Albacete. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación en radio, televisión y digital, como Intereconomía radio, Cadena SER, Punto Radio, ABTeVe y VOZ Castilla-La Mancha.
Botón volver arriba