/Nacho López / Foto: Javi Romero/
En el cuarto toro de la tarde y llegado el tercio de banderillas, Ferrera agarró los palitroques y dejó tres pares en todo lo alto, recibiendo el aplauso de la mayoría del respetable y algunos pitos por parte de aficionados que le recriminaban que no lo hubiese hecho también en el primero de su lote lo de banderillear.
Comenzada la faena de muleta y ante la falta de condiciones del astado tuvo que poner todo un Antonio Ferrera que se pegó un arrimón de los de órdago y que resultó prendido poco antes de entrar a matar. Herido por asta de toro en la parte posterior del muslo izquierdo, Ferrera no quiso ni ir a la enfermería estando el toro en el ruedo ni que le hicieran un torniquete a pesar de la gran cantidad de sangre que estaba perdiendo sobre el albero.
Muy mermado tras la cogida, Ferrera erró lamentablemente con los aceros y no pudo pasear un trofeo que se había ganado a base de raza, pundonor y profesionalidad a raudales.
(((HABRÁ AMPLIACIÓN)))
