/ Nacho López /
El 13 de septiembre de 2010, el entonces presidente del Albacete Balompié, Rafael Candel, impuso la insignia de oro del club blanco a Ángel María Villar, algo que ya ‘devaluó’ en su momento la máxima distinción del Alba y que con Villar entre rejas, todavía tira más por el suelo el dorado pin albacetista de tan preciado metal.
Apenas dos meses antes, el 11 de julio de ese mismo año, Andrés Iniesta cambió la historia futbolística de España con su gol en la final del mundial de Sudáfrica ante Holanda y llevó al Consejo de Administración del Albacete Balompié a decidir que Ángel María Villar y Vicente del Bosque, Presidente de la Real Federación Española de Fútbol y Seleccionador Nacional respectivamente, debían de ser galardonados con la insignia de oro y brillantes del club por tal hecho.
Con la ciudad en plena feria, Rafael Candel imponía en sus solapas a Villar el escudo en oro del Albacete Balompié y aquella decisión ya levantó en su momento corrientes de opinión contrarias al intentar encontrar un motivo y no hacerlo que llevase a entender el porqué.
Pero no solo no entendió esa decisión la afición del Albacete Balompié, sino que el propio Ángel María Villar fue el primer sorprendido, como así se desprende de las palabras que Rafael Candel profirió instantes antes de la imposición de la insignia, cuando reconoció que en una conversación previa con Villar, el presidente federativo le dijo que “no entendía el porqué de su distinción”.
“Coge esta insignia con el mismo cariño que te la da el Consejo de Administración del Albacete Balompié, porque tienes mucha culpa de que la Selección se haya proclamado Campeona de Europa y del Mundo”, afirmó Rafael Candel en su discurso previo para explicarle el motivo al actualmente en prisión Ángel María Villar.
Casi siete años después de aquel 13 de septiembre las cosas han cambiado mucho, pero a día de hoy sigue sin entenderse como se devaluó tanto una insignia de oro y brillantes que, como máxima distinción que otorga el club blanco, es de suponer que debe imponerse a una persona o institución que haya sido decisiva a lo largo de los más de 75 años de historia que contemplan al equipo del escudo del murciélago.
Por si fuera poco, los hechos hacen que en la actualidad se pueda afirmar que una persona que está en la cárcel por supuestos delitos de corrupción entre particulares, falsedad, administración desleal, apropiación indebida y posible alzamiento de bienes como Ángel María Villar, posee la insignia de oro y brillantes del Albacete Balompié.
¿Y ahora qué deben hacer los nuevos propietarios del Albacete Balompié? ¿Dejar que Villar siga poseyendo esta honorable distinción o, por el contrario, retirarle la misma? Obviamente y con poco más de una semana al frente del Albacete Balompié, en SKYLINE tienen muchísimas cosas más importantes a las que dedicar su tiempo a un mes vista del debut liguero ante el Granada en la Liga 1|2|3, pero una vez todo haya echado a andar, alcance velocidad de crucero y en opinión del que suscribe, sí que deberían sentarse y valorar muy en serio si la imagen del Albacete Balompié debe seguir ligada a una persona que poco o nada hizo nunca por el club y que a día de hoy y salvo que el Juez Pedraz diga lo contrario, tendría que seguir los partidos ‘de su Alba’ desde una celda.
