/Sandra Manzanares/
“Nadie puede dudar que yo hubiese querido, quiero y no sé si querré ser alcalde de esta ciudad”, estas eran las palabras del portavoz del Grupo Municipal Socialista, Modesto Belinchón, durante su intervención en el Pleno de Investidura en el que ha sido proclamado alcalde de Albacete el edil popular Manuel Serrano.
Declaraciones que no han pasado desapercibidas, pues como el propio Belinchón relataba, para alguien como él, que siente amor por su ciudad, cuyas raíces son albaceteñas y, que además se dedica a la política, ser alcalde de Albacete supone uno de los hitos más importantes en su carrera profesional. Un cargo que “ha querido y quiere” ocupar, pero, que “no sabe” si querrá en un futuro, dejando en el aire un enigma que cada cual podrá interpretar a su manera.
Lo que sí ha dejado claro el socialista es que ha intentado ser alcalde de Albacete defendiendo esta opción que ha sido respaldada por los ocho concejales de su Grupo Municipal, pues Belinchón presentaba su candidatura a la alcaldía durante el Pleno, aunque era conocedor de que la misma no prosperaría, ya que Ciudadanos comunicaba este lunes su negativa a adherirse a la alternativa planteada por PSOE y Ganemos con la que buscaban cambiar el signo político del Ayuntamiento y arrebatar el mandato al Partido Popular.
Para que saliera adelante un gobierno de izquierdas con PSOE y Ganemos a la cabeza, ambas formaciones pedían el apoyo de Ciudadanos, pero no el del Concejal No Adscrito, Pedro Soriano, ya que Belinchón considera que “más importante que ser alcalde es serlo con honestidad y dignidad”, por lo que rehusaba el voto de Soriano, y con él, “un Gobierno a cualquier precio”. Palabras y consideraciones que según Belinchón emanan de un sentimiento de “lealtad” hacia la Corporación Municipal, que a su vez, le ha hecho renunciar a la posibilidad de formar Gobierno en Albacete. Oportunidad que se le escapa de las manos a Modesto Belinchón, que, quién sabe si volverá a ser candidato a la alcaldía en 2.019.
