/Nacho López/ /Foto: María Guerrero/
Aunque los exorcismos pueden parecer algo que sólo se da en el cine, la Iglesia Católica afirma que existen y se dan, y al igual que ésta ayuda a todas las personas que se acercan a ella en busca de cualquier tipo de auxilio, también lo hace con aquellas que creen que están bajo la posesión del diablo. Aunque en Albacete no existe la figura del ‘Exorcista Mayor’ al no haber sido nombrado por el Obispo debido a las reducidas dimensiones de la diócesis de nuestra provincia, cuando la ayuda para exorcizar es requerida el prelado nombra a un sacerdote como exorcista para ese caso concreto.
En estas situaciones y aunque podría hacerlo cualquier sacerdote, bajo su condición de Canónigo Penitenciario de la diócesis, Don Julián Ros Córcoles suele ser el encargado por el Obispo de Albacete para realizar la celebración litúrgica que expulse al maligno, sobre todo en casos que como el propio religioso reconoce son “de particular escrupulosidad o especial sufrimiento”. Con él hemos querido hablar desde ‘El Digital de Albacete’ para conocer de primera mano cuántos de nuestros vecinos han requerido ayuda de este tipo en el último año y adentrarnos un poco más en un tema tan escabroso como desconocido en su realidad y no la que nos muestran desde Hollywood.
Tal y como nos cuenta Julián, “se ha frivolizado mucho con el tema de los exorcismos debido a lo que nos llega sobre estos temas en el cine y en las películas” y por ello y aunque asegura que las posesiones diabólicas “son posibles y de hecho se dan”, en algunas ocasiones “Hay personas que acuden a la Iglesia pensando que están poseídas por el demonio porque atribuyen su sufrimiento a una acción directa del maligno, pero lo que suele haber detrás algunas veces son trastornos psicológicos o psiquiátricos porque es más fácil echarle la culpa al demonio que reconocer interiormente nuestros problemas”, manifiesta el sacerdote.
Una vez estudiado a fondo el caso en concreto por el exorcista y si éste considera que sí hay una certeza absoluta de la posesión maligna, llega el momento de realizar el ritual que la Iglesia Católica destina para estos casos. Un ritual que según Julián Ros es, “un ritual muy sencillo que consiste en unas oraciones que se hacen pidiendo a Dios que libere del sufrimiento a una persona a través de la acción de la Iglesia y de la intercesión de los Santos, proclamando también los Salmos de las Sagradas Escrituras, un pasaje del Evangelio y unas oraciones”, expresa al mismo tiempo que reconoce que hoy en día existe “mucha imaginación gracias al cine y a las películas. El exorcismo en la Iglesia es una forma de orar y por ejemplo en los bautizos es habitual un tipo de exorcismo que se llama ‘exorcismo menor’. En caso de posesión o vejación diabólica se realiza una celebración litúrgica que está muy alejada de la imagen que el subconsciente nos tiene debido a las películas y eso, sí que es bueno que lo alejemos un poco”, afirma el religioso.
Apartándonos por completo del mundo del celuloide y según manifiesta Ros Córcoles a nuestro micrófono, las posesiones diabólicas son ciertas. “Afortunadamente no son muy elevadas en número, pero sí que se dan y conozco casos y sé de exorcismos en los que los signos eran muy espectaculares” afirma el sacerdote mientras basa en la realidad de estas posesiones del maligno la existencia del ‘Ritual de Exorcismo’ en la Iglesia Católica, “El hecho de que no sean muchas no quiere decir que no se den, pero en estos casos la Iglesia intenta ser muy seria por respeto a las personas que son lo principal. Hay que ayudarlas desde la verdad de los orígenes de sus sufrimientos porque en los temas demoniacos hay mucha automedicación y es un sacerdote quien debe decir si hay posesión diabólica o los sufrimientos de una persona vienen derivados de otros problemas”, asegura Julián.
¿Cuáles son los signos que llevan al exorcista a saber a ciencia cierta que se enfrenta a una posesión diabólica y no a algo derivado del subconsciente de una persona? “Los signos de posesión demoniaca son claros y están descritos en el libro Ritual de Exorcismo” afirma el religioso mientras indica que “Dominar lenguas extrañas que uno no conoce, saber acontecimientos que uno es imposible que sepa y que no puede saber de otra manera, poder hacer cosas por encima de sus fuerzas que no se explican de otra manera, etcétera… Son signos claros de una posesión diabólica”, asevera mientras explica el motivo por el que un poseído, por ejemplo, dominaría esas lenguas extrañas que cita, “es un síntoma de posesión porque el que habla a través de esa persona es el maligno, que sí domina a la perfección esas lenguas, y lo hace dominando la voluntad de esa persona”, relata.
Según el Canónigo Penitenciario Ros Córcoles, “Las posesiones no son totales y nunca se da la falta de libertad absoluta en el poseído”, existiendo en el ritual del exorcismo y en su oración dos partes claramente diferenciadas, “una imperativa para expulsar al demonio por el poder de Dios en Cristo y la intercesión de la Iglesia” y la otra para “ayudar a reforzar la fe en Dios de la persona que está sufriendo la posesión para que para el maligno no sea fácil convivir con una persona que manifiesta su fe incluso en ese sufrimiento”, explica.
Albacete no es ajeno al demonio y aunque por “secreto de confesión” Julián Ros Córcoles no puede ofrecer datos concretos de cuántos albaceteños han requerido la ayuda de un exorcista a lo largo del 2016 porque el secreto de confesión es “inviolable”, sí manifiesta que aunque muy pocos, algunos casos sí se dan al cabo del año en nuestra provincia al expresar que, “Un exorcismo pertenece al ámbito de la privacidad y la intimidad porque se realiza bajo secreto de confesión y no puedo ofrecer datos exactos, pero afortunadamente son pocos a los que nos tenemos que enfrentar”, concluía.
Saludos a Don Julián Ros Córcoles!
Recuerdo que durante mi estancia en Albacete hace 3 años (yo era erasmus de Polonia) me ayudó con confessión y todo (que no hablaba muy bien el español en aquel momento) y hasta me invitó a tomar un té.
Saludos Amigo!