/Sandra Manzanares/Vídeo: Jennifer Comuñas/
Donde hoy solo se escucha el sonido de los pájaros, durante 50 años estuvo ubicado el Sanatorio Antituberculoso Nuestra Señora de Los Llanos. Un espacio de casi 87.000 metros cuadrados, que albergaba un centro sanitario reservado a los enfermos de tuberculosis, enfermedad que por entonces suponía un auténtico azote en Europa, representando el 30% de las muertes.
Este 14 de abril se cumplen 20 años del aniversario del cierre del posteriormente llamado Hospital de Enfermedades del Tórax Virgen de los Llanos. Un centro que fue remodelado en 1.987 cuando se empezaba a controlar la tuberculosis, ampliando sus competencias a neumología y cardiología, lo que marcó un antes y un después en el tratamiento de la medicina moderna. Como explica el neumólogo Jesús Martínez Moratalla, antiguo doctor del Hospital, el Sanatorio fue evolucionando desde la falta de fármacos eficaces para combatir la enfermedad hasta el momento en el que se consiguió acotar la tuberculosis en la década de los 80, instaurándose la cirugía cardiaca y de tórax.
Tanto el doctor Martínez Moratalla, como la enfermera Lucía Cascos y la auxiliar de clínica y secretaria durante más de dos décadas de uno de los directores del Hospital, Eulalia Cánovas, son historia viva de este Sanatorio inaugurado el 9 de noviembre 1.947, gracias al cual Albacete contó con sistemas novedosos para la época, cuya inauguración fue recogida en el No-Do de aquel año, y a la que asistieron las principales autoridades sanitarias del país, acompañadas por otros dirigentes del Gobierno del dictador Francisco Franco.
Ambiente familiar
El Sanitario Antituberculoso tenía capacidad para 400 pacientes, y contaba con lista de espera, pero también había un número importante de trabajadores de cocina, jardinería y personal sanitario que aseguraba la curación de los pacientes, así como de frenar la cadena de transmisión de la enfermedad. Una época que la enfermera Cascos recuerda con cariño y con la satisfacción de haber ayudado a miles de pacientes, pero también con “tristeza por el poco recuerdo que queda de él”.
Cabe destacar que los pacientes podían estar años ingresados hasta que la tuberculosis desapareciera de su organismo, dando lugar a estrechas relaciones entre los residentes. Tal era el ambiente familiar el que se respiraba en el Sanatorio, que hubo relaciones que traspasaron sus muros. La auxiliar de clínica, Eulalia Cánovas, estuvo presente en el Hospital prácticamente desde sus inicios hasta el final, siendo uno de los principales puntales del mismo, etapa que recuerda con cariño, pues en aquellos años y en ese mismo Hospital conoció a su marido, que estaba ingresado, y con el que tuvo tres hijos. Un hecho que evidencia la estrecha relación entre los residentes, que perdieron totalmente el “miedo al contagio”.
El antiguo Hospital permaneció abierto hasta el 14 de abril de 1.997, siendo en mayo del 2.005 demolido tras años de abandono y actos vandálicos. Un cierre “traumático” para sus trabajadores, y una “dura” demolición, que, para ellos, no tendría que haberse producido. La Tesorería de la Seguridad Social, dueña de estos terrenos, ha decidido deshacerse de ellos, teniendo lugar el mes que viene la segunda subasta, tras quedar desierta la primera. Sin embargo, hay sectores, a los que pertenece el Grupo Municipal Ganemos, que apuestan por la reconversión de este solar y su adquisición por el Ayuntamiento de Albacete para darle usos sociales.
Finalmente, tanto Cánovas como Cascos han querido destacar la importancia de un centro por el que pasó “gente valiosa”, y donde se hicieron muchas amistades, en lo que conforma un recuerdo bonito y triste en sus corazones. Años después y en el mismo lugar donde pasaron parte de su vida, los profesionales del sanatorio han lamentado el derrumbe del edificio, que es patrimonio de los ciudadanos y del que hoy, solo queda una acuarela colgada en una verja.
Por ello, el doctor Martínez Moratalla ha querido enviar un mensaje y es el de “aprender a conservar las cosas”, pues el antiguo Hospital Los Llanos es un símbolo de la ciudad de Albacete y de la medicina castellano-manchega, que “es una pena que se haya perdido”. Para conmemorar aquellos años, los antiguos empleados han querido resaltar que el próximo 22 de abril tendrá lugar un encuentro entre los trabajadores, invitando a todo aquel que quiera acudir al evento y que no haya podido ser localizado. Así, entre recuerdos y fotografías, los profesionales sanitarios conmemoran el 20 aniversario de un Hospital de vital importancia para nuestra ciudad.
