/Sandra Manzanares/
Los vecinos de ‘La Zona’ continúan librando su particular batalla contra el ruido, que “sigue estando ahí”. Sin embargo, existe un “problema de fondo” del que subyacen éste y otras cuestiones como los malos hábitos de consumo de alcohol en la calle, y que no es otro que la concentración de gente debida al exceso de locales.
Según explica el presidente de la Asociación de Residentes Damnificados de las calles Caldederos, Concepción y adyacentes, Alfonso Romero, la situación continúa “sustancialmente igual” que hace unos meses cuando se pudo comprobar por los sonómetros instalados por el Ayuntamiento, y ubicados dentro del Mapa del Ruido, que la zona superaba en 19,5 dB los límites máximos permitidos, aunque en algunos momentos se sobrepasaban en 22,1 dB.
Unos niveles que posiblemente se incrementen con el buen tiempo y las terrazas, cuando las peleas y las despedidas de solteros se hacen más notorias, indica Romero, añadiendo que lo que “no se permite” en otras partes de la ciudad, en estas calles sí se produce, pues “tenemos botellón todos los fines de semana”. A partir del miércoles, los vecinos comienzan a advertir más movimiento en los aledaños, que se intensifica con la llegada del fin de semana, cuando hay locales que inician su actividad desde medio día hasta la madrugada.
Locales de más
No solo el ruido es lo que preocupa a los vecinos de ‘La Zona’, sino que las aglomeraciones de transeúntes dificultan el acceso a garajes, incluso a las propias viviendas, especialmente las que se incluyen en el recorrido que comprende desde la Calle Ancha hasta la Calle Gaona.
Unas concentraciones que son debidas, según Romero, al incumplimiento de la legislación vigente con el “excesivo número de locales en estas calles”, y es que, la primera Ordenanza Municipal del año 1.995, ya “indicaba que no se podía establecer un local con actividad musical a menos de cinco metros de perímetro de otro existente”, con lo que “el verdadero problema es que se ha permitido”.
Y es que, si se hubiera respetado la ordenanza, señala el presidente de la asociación, desde la Calle Ancha hasta la Plaza de las Carretas únicamente podrían confluir cinco establecimientos con actividad musical, “ahora tenemos 40 y la mayoría con actividad musical”. En este sentido, Romero lamenta que la Gerencia Municipal de Urbanismo se “haya olvidado” de estas leyes, instando a quien corresponda a que “empiece a asumir responsabilidades políticas”.
Algunas mejoras
Tras las quejas de los vecinos y los resultados obtenidos con los sonómetros, Romero reconoce que se han “mejorado” las condiciones de los camiones y furgonetas de carga y descarga con la habilitación de un horario de mañana y otro de tardes que reduce a cinco las horas en las que se puede realizar esta actividad, con el consecuente desbloqueo de la calle y la disminución de molestias acústicas. Los trabajadores suelen cumplir el horario, pues de lo contrario, aparece la Policía y “les sanciona si no se van”, detalla.
Con la intención de mejorar otros aspectos relacionados con el ruido y el exceso de locales, “estamos explorando contactos con el Ayuntamiento a ver si, lo mismo que ha conseguido en mejora de carga y descarga, se puede llegar a más sitios”. De esta manera, Romero continúa denunciando las “irregularidades importantes” que hay, a su juicio en la Gerencia de Urbanismo y en la calidad de medioambiente, con el objetivo de que “locales que están cerrados desde años no vuelvan a abrirse y menos con actividad musical”. Un deseo que no es “un capricho”, sino que se basa en la Ordenanza Municipal de protección acústica.
Finalmente, los vecinos anuncian que, si no se consigue paliar la situación, “tendremos que retomar actuaciones que dijimos en el pasado” como pueden ser la ampliación de información dirigida al Defensor del Pueblo para entrar en contacto con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.