/Sandra Manzanares/ Fotos: Pilar Felipe/
Los jóvenes albaceteños de 12 a 30 años han encontrado en ‘Asexorate’, el servicio de atención sexual del Centro de Juventud y la Asociación de Educación Sexual y Planificación Familiar de Castilla-La Mancha, un espacio en el que resolver sus dudas y abordar aspectos relacionados con la sexualidad.
En lo que llevamos de año, ‘Asexorate’ ha desarrollado 4.410 intervenciones educativas en total, de la cuales 2.897 han sido a través de talleres, 1.242 visitas presenciales, 136 telefónicas y 135 online. En lo que supone, como indica una de las sexólogas del servicio, Carmen Toledo, “unas cifras considerables para el tamaño de Albacete”.
Para ello, ‘Asexorate’ cuenta, además de varias sexólogas, con un médico que una vez a la semana acude al centro para tratar temas “principalmente vinculados con la prescripción de anticoncepción hormonal o consultas relacionadas con cuestiones médicas”.
Además, una de las características más significativas de este servicio es que es gratuito y confidencial, ya que, según explica Carmen, “a partir de los 13 años un joven está amparado por la ley, quitando el aborto, para la mayor parte de decisiones que tengan que ver con su salud sexual y reproductiva”.
En consecuencia, no es necesario que vayan acompañados por un adulto, aunque si “el personal del servicio detectará cualquier situación que haya que poner en conocimiento de la familia o necesite derivación a otro servicio, desde el Centro de Juventud se informaría de ello”.
Las dudas de los más jóvenes
De las 1.242 atenciones presenciales, la franja de edad mayoritaria es la que comprende de los 15 a los 17 años, con 408 consultas.
En ellas, lo que más se trabaja es la pre-pubertad, es decir, los inicios de las relaciones sexuales, en cuanto a cómo tenerlas, y en también la prevención en las mismas, respecto a cómo se usan los preservativos.
De esta manera, “les ayudamos a resolver sus confusiones”, apunta Carmen, y es que, en muchas ocasiones, “no tienen claro cómo funciona el ciclo, cuándo te puedes quedar embarazada o cuándo te pones en riesgo de enfermedades de transmisión sexual o simplemente no saben cómo tener una relación sexual sin que duela”.
Además, entre los más jóvenes, acuden al centro el doble de chicas, 841, que varones, 401, siendo una de las demandas más comunes la realización de pruebas de embarazos.
Esto se debe a que “cuando empiezan a tener las primeras relaciones sexuales cualquier retraso en la menstruación les asusta, les hacemos el test y las acompañamos en el proceso”, algo que no siempre es fácil, porque como cuenta Carmen “hay que manejar todas las opciones posibles”.
En este sentido, la sexóloga destaca que “la mayor parte vienen acompañadas por amigas y de paso aprovechan para hablar de otros temas importantes, dándonos la oportunidad de trabajar demandas no explícitas como el tipo de relaciones sexuales que están teniendo o si las mismas les hacen felices”.
La sexualidad de los albaceteños que rondan los 30
Por su parte, los jóvenes más cercanos a la treintena se interesan en aspectos inherentes a las relaciones de pareja, tales como son las cuestiones sexológicas del deseo, del crecimiento erótico o la gestión de las infidelidades.
También tratan la prevención sexual, pero desde otra perspectiva, hay mujeres que “llevan muchos años con la píldora, pero quieren plantearse un método anticonceptivo a largo plazo como podría ser un implante, y al ser un servicio tan directo y rápido, en vez de ir a planificación familiar acuden al Centro de Juventud”, afirma Carmen.
Así, han sido 82 albaceteños de edades comprendidas entre 27 y 29 años, además de los 10 que ya han cumplido los 30 años, los que han visitado ‘Asexorate’ en este año.
Los adultos también consultan
Como explica Carmen, “la consulta también se ha convertido en un recurso educativo para aquellos adultos que quieren informarse para saber cómo educar desde la sexología”.
Con ello, “los beneficiarios directos son los jóvenes”, que reciben la información de las personas que acuden al centro, que suelen trabajar con menores o profesores que quieren “dar algo de educación sexual en sus aulas”.
En relación a la falta de educación sexual en los institutos, Carmen manifiesta que “debería ser obligatoria, estar reglada y con contenidos, y no dejada al azar”. A lo que añade que “no existe un enfoque integral desde el cultivo de los valores que hay entorno a la sexualidad, ni se buscan las cosas que nos hacen felices o que nos dan placer ni la manera de negociar en las relaciones sexuales, porque ni siquiera se habla de ello”.
Para esta sexóloga y educadora social, todavía queda mucho por hacer en el amplio abanico que forma la sexualidad humana. Una “sexualidad todavía plagada de discurso moral, preventivo y de peligro, y no del que tiene que estar, que es el discurso científico de que somos hombres y mujeres en relación”.
