/@NachoLopezAB/
La victoria siempre es el mejor de los bálsamos en esto del fútbol y tras derrotar al Mallorca, un halo de esperanza en lo que a la permanencia se refiere arropa a día de hoy a la familia del Albacete Balompié.
Pero tengamos los pies en el suelo y no nos ahoguemos en triunfalismos. Nada se ha conseguido por derrotar en el Carlos Belmonte a los baleares. El Alba sigue siendo penúltimo en la tabla y los golaverages perdidos con todos sus rivales directos a excepción del Almería, hacen que esos cuatro puntos que ahora separan a los blancos con la salvación, no sean del todo reales en caso de que quien marque el límite del bien con el mal sea cualquier equipo menos el conjunto almeriense. O la Ponferradina, con quien aún queda un partido por disputar y por tanto, por decidir quien se llevará el golaverage particular tras el 2-2 de la primera vuelta.
La próxima parada del tren de la permanencia para el Albacete Balompié es el Estadio José Zorrilla de Valladolid y para seguir soñando solo vale una cosa, ganar. Ganar a un conjunto pucelano que aunque cuenta con grandes mimbres en su plantilla no vive sus mejores momentos deportivos a día de hoy y sirvan como ejemplo, los dos puntos sumados de los últimos dieciocho disputados por los blanquivioletas. Tras el choque ante los de Alberto López, la AD Alcorcón rendirá visita al Carlos Belmonte cuatro días antes de que los de César Ferrando viajen a El Bierzo para medirse en El Toralín a la SD Ponferradina en un duelo directísimo por la permanencia en la antepenúltima jornada de liga. El del Bilbao Athletic será el último partido que el Alba dispute como local esta temporada y los blancos echarán el cerrojo a la liga en Los Pajaritos de Soria ante el Numancia.
Centrándonos en lo más inmediato, ganar junto al Pisuerga y como es de Perogrullo, traería consigo muchas cosas positivas y reforzaría en lo psicológico a un vestuario que nunca ha dejado de creer en poder obrar el milagro y que este fin de semana, tiene ante sí una oportunidad de oro para no ahogarse de nuevo en el triunfalismo de ocasiones anteriores y hacer algo que aún no ha conseguido tras 37 jornadas ligueras disputadas. Ganar dos partidos seguidos.
Dos partidos seguidos que se quedarían cortos para no descender y que se tendrían que convertir en tres, en cuatro o en incluso cinco, pero para llegar al tercero hay que ganar antes el segundo y ahora, es el momento idóneo para dar un golpe encima de la mesa y demostrar con algo más que palabras que este equipo no quiere dar con sus huesos en segunda división B.
Sellar la sangría de goles encajados como se hizo ante el Mallorca es la vía más rápida para poder sumar de tres en tres y sirva como dato, el Albacete Balompié ha dejado en lo que llevamos de temporada siete veces su portería a cero y ha ganado en las siete. Veremos que nos deparan el fútbol y el futuro a orillas del Pisuerga.
