Sin rodeos y sin darse importancia, la coalición Page-Podemos ha ofrecido un ejemplo de cómo advertir los verdaderos problemas que acucian a los vecinos de nuestros pueblos y ciudades de Castilla-La Mancha.
Ellos han dado con el diagnóstico a las primeras de cambio, sin discutir por la Vicepresidencia Primera, ni por el número de consejeros, ni por el control de la Radio Televisión Pública o del DOCM. No ha hecho falta poner en cuestión ni tan siquiera el modelo de gestión, ni su financiación, ni los convenios sanitarios con la empresa privada, tan vilipendiada en otros tiempos no tan lejanos.
Aquí, una vez declarado el color rojo como el único posible en la Educación de Castilla-La Mancha, ha bastado con lanzar un pescozón a los centros concertados y echar a los curas de los hospitales públicos para sellar la alianza. Todo ello, aderezado con la conveniente subida de impuestos a las clases medias, que va en la esencia misma de los partidos de izquierda.
No es que echemos de menos en nuestra Región otras polémicas y otros presuntos pactos de gobierno que nos tienen entretenidos desde hace más cien días, pero si alguna aportación podría hacer la gran coalición manchega al puzzle ideológico que pretende liderar Pedro Sánchez y sus 200 puntos programáticos podría ser esta: la de desterrar a los curas de los centros asistenciales de España.
No hay acuerdo de izquierdas que se precie, si no tiene un buen sesgo anticatólico que lo alumbre. Naturalmente, nada importa si alguno de estos contendientes rechaza el pacto antiyihadista de la guerra santa, o se aúpa a los escenarios políticos con el dinero de la teocracia fundamentalista islámica de Irán. Lo que de verdad molesta a Page y sus socios de Podemos son los servicios religiosos de los hospitales públicos.
Nuestros allegados que encuentran cristiana resignación y consuelo en los sacerdotes, en momentos tan íntimamente necesarios como son los cuidados paliativos que puedan ofrecérseles, se verán privados de ello, por mor de un acuerdo de estadistas de segunda división. Eso sí, en las agendas políticas no faltará ni una romería, ni una procesión, ni una ofrenda floral a la Virgen. Será por aquel versículo bíblico de “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”, que tan bien conoce Page.
Antonio Serrano.
Alcalde de Peñas de San Pedro y senador autonómico.
