Su incorporación al Albacete Balompié se produjo tras la “plaga” de lesiones en la portería que tenían en el “dique seco” a Juan Carlos y Fran Dorronsoro. En ese momento el cuarto portero, Hugo, estaba defendiendo la meta del Alba, logrando en casi dos partidos haber dejado la puerta a cero.
Luís César Sampedro decidió incorporar entonces a Dani Mallo, alejando al portero del filial de las convocatorias.
Por el momento, Dani Mallo cuenta sus actuaciones, siendo generosos, por “discretas”. Seis goles en dos partidos son demasiado equipaje para poder llegar a buen puerto. Confiemos en que esta media se vea drásticamente reducida en futuros compromisos.