La antigua población fue completamente amurallada haciendo las veces de corona de la peña anterior a la que baja la ladera. Los lienzos se separan por torres y los de bajada están preparados para la artillería. Debido a su posición estratégica ha podido ser utilizada de los más diversos modos, así, se usó como fuerte, prisión y hasta de cuartel. No obstante, la pérdida de funciones llevó a que se demoliesen los cuarteles interiores, allá por el S. XIX.
Se debe destacar de esta población la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, de estilo barroco y que tiene impregnado una marcado carácter murciano. Todo el interior es un canto a la Virgen y llega a su máximo esplendor en la cúpula donde se representan santas vírgenes y mártires. En la citada parroquia podemos encontrar la escultura, tallada en mármol, de la Virgen de la Esperanza.
Un lugar que visitar y sobre todo si coincide con la romería del Cristo del Sahúco, fiesta declarada de Interés Turístico Regional, y que ha hecho esta localidad albaceteña conocida en todo el panorama nacional.
En Las Peñas de San Pedro se encuentra la aldea del Sahúco, en la que se alberga el santuario del Cristo, punto de encuentro de los peñeros y peñeras en las fechas señaladas de la traída y la llevada del Cristo del Sahúco.
La traída se celebra cada Lunes de Pentecostés, para lo que los andarines visten de blanco impoluto con un fajín rojo. Liturgia que repiten en la llevada a finales de agosto. Supone una dura carrera desde la aldea hasta Peñas de San Pedro, pero que cada año congrega a miles de devotos que participan en ella.
La ermita del Cristo incluye una de las joyas de la arquitectura religiosa de nuestro municipio: el Camarín del Cristo.