Molina de Aragón, situada al nordeste de la provincia, es una ciudad con una gran riqueza monumental. La Torre de Aragón, que vigila desde el cerro, se ha convertido en su seña de identidad.
Molina de Aragón es uno de los lugares castellano-manchegos que reúne la esencia de las diferentes culturas que han pasado por sus calles a lo largo de la historia. Tan pronto nos introduce en el barrio judío de gran belleza medieval, que nos lleva a la morería al otro lado del río.Sobre el río cubre el paso el Puente Románico, símbolo de la villa,realizado en arenisca roja,está formado por tres arcos; junto a las pilaslos tajamares que se distinguen a uno y otro lado.
Su arquitectura religiosa también es una joya por eso merece la pena visitar Santa Clara, Santa María la Mayor de San Gil, San Pedro o el Convento de San Francisco.
Los palacios son otro de sus referentes, siendo el más conocido el Palacio de los Molina, La Subalterna, que presenta un gran arco de medio punto abovedado en la portada con los escudos de los Molina, de Castilla y de León.
Destaca su Castillo, cuyos principales atractivos son su extensión, sus características, y haber sido la cabeza del importante Señorío de Molina hacen imprescindible su visita.