Un robo, aprovechando la amistad con sus víctimas, podría estar detrás del doble asesinato de la Calle Baños de Albacete

El próximo lunes comenzará el juicio contra el presunto asesino de la Calle Baños de Albacete. La Fiscalía le acusa de dos delitos de asesinato, y pide 18 años de cárcel por cada uno de ellos, por lo que el acusado podría ser sentenciado a 36 años de cárcel.

Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado, nacional de la República Dominicana, en situación irregular en territorio español, aproximadamente desde mediados del año 2012, mantenía una relación de amistad con las dos víctimas, ciudadanos también de nacionalidad dominicana y que tenían su domicilio en la C/ Baños de la ciudad de Albacete. Aproximadamente a mediados del mes de enero de 2013, sospecharon que el acusado, había sustraído del domicilio de ambos una importante cantidad de dinero, aprovechándose de la circunstancia de que debido a la relación de amistad que mantenían, el acusado visitaba con asiduidad el piso de la C/ Baños.

A partir de este momento, una de las víctimas comenzó a culpar y a reclamar de forma insistente al acusado para que le devolviera el dinero que presuntamente le había sustraído, llamándolo por teléfono en reiteradas ocasiones, incluso en una ocasión, estando los tres en la discoteca de esta capital, las dos víctimas le llegaron a amenazar demuerte si no les devolvía el dinero. Los rumores de que el acusado había sustraído una importante cantidad de dinero perteneciente a una de las víctimas llegaron incluso a conocimiento de los familiares del  acusado en la República Dominicana.

El día 2 de marzo de 2013, una de las víctimas llamó al acusado  para que se reunieran los tres en el piso de la C/ Baños, para comer y tratar de aclarar lo relativo al dinero desaparecido. En la tarde del referido día, estando el acusado en dicho domicilio junto a una de las víctimas, mientras que la otra había salido momentáneamente, se personó en la vivienda un hombre que no ha podido ser identificado, al que le abrió la puerta la víctima que se encontraba en el domicilio, originándose una pelea entre ambos. Ante este hecho el acusado, con la finalidad de acabar con la vida de esta víctima y de esta forma poner fin a la situación que venía padeciendo, aprovechó para coger de la cocina un cuchillo afilado de al menos 17 milímetros de ancho de hoja y unos 20 centímetros de longitud, dirigiéndose al salón de la vivienda y asestándole a la primera víctima una puñalada en el costado derecho que le alcanzó el hígado y otras tres en la espalda, quedando herido mortalmente, dejándose caer sentado en el sofá del salón de la vivienda. Tras la primera puñalada, el individuo no identificado, huyó de la vivienda.

Cuando la otra víctima regresaba a la vivienda, se cruzó en el rellano de la escalera con el individuo no identificado anteriormente referido, forcejeando con el mismo y entrando ambos al piso, dirigiéndose a la habitación de él mismo. El acusado aprovechó un momento durante el forcejeo en el que la segunda víctima le daba la espalda, para propinarle un puñetazo en la nuca, asestándole seguidamente dos puñaladas en el cuello, una en la zona supraclavicular derecha, presentando una trayectoria descendente en dirección a la cavidad torácica que le seccionó la arteria carótida, de unos 20 centímetros de trayectoria y otra en la zona supraclavicular izquierda, con un trayectoria de 10 centímetros penetrando también en el tórax, circunstancia que aprovechó la persona no identificada para huir de la vivienda. Seguidamente el acusado, al percatarse de que la primera víctima se había movido del sofá donde estaba moribundo y desangrándose, se dirigió de nuevo al salón y le propinó varias puñaladas más, que le alcanzaron en la zona del cuello y en las manos, al tratar de defenderse la víctima de la mortal agresión. Finalmente el acusado ató de los pies a la segunda víctima con el cable de una plancha, para que éste no se moviera mientras agonizaba y se marchó de la vivienda, llevándose el cuchillo que tiró a un contenedor, desprendiéndose igualmente de la chaqueta que llevaba, toda vez que estaba manchada de sangre.

Como consecuencia de las graves heridas sufridas, las dos víctimas sufrieron un shock hipovolémico, por pérdida masiva de sangre, falleciendo por fracaso multiorgánico.

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