La primera corrida de abono fue fría, hasta el sexto toro que llegó la disposición y tesón de Rubén Pinar. Esta tarde era muy importante para el albaceteño y respondió a gran nivel, sobre todo por su claridad de ideas. La corrida del Puerto de San Lorenzo estaba muy bien presentada pero a los toros le faltaron trasmisión y en algunos casos disposición. Tanto a Alberto Aguilar como a Joselito Adame se les esperaba, y ambos dejaron constancia de su buen momento, aunque sus faenas no llegaron a calar en los tendidos.
Rubén Pinar a base de firmeza consiguió que el sexto de la tarde rompiera y sacara su buena condición. Le supo dar distancias y darle tiempos para descubrir un buen pitón izquierdo que supo llevar muy templado y largo. La mejor versión de Rubén Pinar, fiel a su concepto clásico de la tauromaquia. Cortó una oreja, que podrían haber sido dos si no hubiera fallado con los aceros. Al toro le dieron la vuelta al ruedo, quizás excesiva. En su primero no tuvo opciones, pero consiguió algunos muletazos de mucho gusto. Su labor fue silenciada.
Joselito Adame también mostró una gran disposición. En su primer toro lo mejor llegó con la mano derecha. Muy firme siempre lo llevó cosido a la muleta por bajo. Falló con los aceros y escuchó silencio. En el quinto de la tarde, sobrero de Alcurrucén, toreó con gran pureza, con series por la derecha muy verticales. También dejó buenos momentos al natura, pero volvió a fallar con la espada. El público premió su valor con una fuerte ovación.
Alberto Aguilar puso ganas, pero no pudo conseguir el triunfo. A sus dos toros les exigió con buenas maneras y muy torero, pero sus faenas no calaron en los tendidos y escuchó dos silencios. A pesar de ello, sus actuaciones estuvieron más allá de la justificación.
Plaza de toros de Albacete, 8 de septiembre. Primera de abono. Toros de El Puerto de San Lorenzo y un sobrero de Alcurrucén para:
Alberto Aguilar: silencio y silencio.
Joselito Adame: silencio y ovación con saludos.
Rubén Pinar: silencio y oreja.